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Pablo Iglesias Posse |
Desde que en España la
nomenclatura de las vías urbanas comenzó a utilizarse para homenajear y
ensalzar la figura de personas relevantes de la plana nacional o local, vienen
surgiendo los siempre manidos enfrentamientos cuando se acometen estas acciones,
pero lo es más si vienen por el cambio de un nombre por otro, sobre todo si la
denominación va salpicada de tintes políticos y todo lo que a ello rodea. Desde
el siglo XIX viene este país creyendo que, poniéndole nombres a las calles de
sus ciudades y pueblos de sus políticos, “héroes ideológicos” o a aquello que
entra en la ideología de unos y otros, es algo importante y necesario para el
cambio (se supone que a mejor) que parecen prometer que traen todos. A veces
pienso que deberían llamarse calle 1, calle 2, calle 3… ¡bueno!, también se
quejarían los “antinumeristas”.
Si hoy se pone un nombre
religioso a una calle saltará el que diga que es un país aconfesional y que es
cosa de “fachas”, y si le quitamos la calle al… por ejemplo; el artista
reconocidamente afín a las izquierdas (ej. Cambio en Sevilla de la calle Pilar
Bardem por la de Nuestra Señora de las Mercedes en 2012)[1], dirán
los “rojos” que están atacando la democracia y que es revanchismo político. La
ley de Memoria Histórica de Zapatero en 2007 ha protagonizado las últimas
grandes polémicas nacionales en torno a estas cuestiones al abordar la
eliminación de todo símbolo “guerracivilista” (o ¿del franquismo?), donde las
nomenclaturas han sido una de las acciones más visibles y donde más polémica ha
surgido (porque mientras se quitaba una calle a Millán Astray se ponía una a La
Pasionaria, por ejemplo). Lo más reciente es la eliminación de calles y
monumentos a Largo Caballero e Indalecio Prieto en Madrid o cambiarle el nombre
del estadio del Cádiz por votación popular donde no se podía optar por continuar
con “Ramón de Carranza”, al parecer por ser alcalde franquista[2].
De hecho, en Bailén las últimas
las cambió el último gobierno socialista, que eran las calles dedicadas a
García Morato y Ruiz de Alda. Curiosamente, este último la tenía dedicada antes incluso de la proclamación de la II República, en 1928 (periodo de la dictadura de Primo de Rivera) por su hazaña en el vuelo del Plus Ultra de 1926 (tambien se le dedicaria el Portazgo a Pablo Rada y la del Bombeo al Comandante [Ramón] Franco), pero como luego fue
uno de los fundadores de Falange (partido de extrema derecha) y se decantó en
la guerra por el “bando nacional”, pues también se han quitado. No hubo entonces
mucho bombo ni indignación vecinal, pero yo creo que por la simple razón del
gran desconocimiento que habría hasta entonces sobre quién serían aquellos
personajes. Incluso, tras más de media vida de democracia de gobierno socialista
en Bailén no se quitaban, y me apuesto a que era por la misma simple razón; ignorancia
de los socialistas de quien eran esas personas hasta que alguno lo soltó por
las redes (así, tal cual). Recordemos el esperpento generado en 2008 por la ignorancia
salida en esta ocasión por nada más y nada menos que del Sindicato de Estudiantes
cuando pidieron eliminar el nombre del colegio “19 de julio” de Bailén. Y es
que basta con poner en Google: “Bailén” y te saldrá que un 19 de julio de 1808 las
tropas napoleónicas perdieron en su término municipal su primera batalla en
campo abierto.[3]
En el tema “guerracivilista” queda otra,
la del mártir de la fe (para los católicos) José María Marín Acuña (vía que
está junto a una de las plazas que han generado la polémica). Pero que esta
calle no la tiene puesta porque escribiera un libro de la Virgen de Zocueca, no,
la tiene puesta obviamente por el régimen franquista porque fue asesinado por
su condición de sacerdote en la primera expedición de los llamados “trenes de
la muerte” en Madrid el 11 de agosto de 1936.[4] De
momento, en el santuario de Zocueca ya se eliminó la primera placa homenaje a
su memoria por lo “chirriante” del texto alusivo a los ideales franquistas. Ya saben
“…mártir por Dios y por España… bla, bla, bla…” y ahora pone “…en homenaje del último
párroco del Rumblar” o algo así, lo estoy contando de memoria.
En verdad, en Bailén quedan tres vestigios "guerracivilistas". Dos víctimas: Marín Acuña como cura y Pedro Corchado como el terrateniente del pueblo. Aunque este último, que le da nombre a un colegio, no nace de la posguerra ni ninguna intención partidista local de homenajearle durante la dictadura. Simplemente, su hermano Tomás vendió los terrenos por un precio simbólico (se cuenta) y él pidió que se dedicase el colegio a su hermano asesinado, que al igual que Marín Acuña, lo fueron sin ningún delito aparente ni juicio previo. El otro símbolo por el "otro lado" es un llamativo homenaje al alcalde Cristóbal Marín Ruiz Castellanos con la excusa como recuerdo a unas de las tantas obras emprendidas en el Paseo de las Palmeras (donde habría que homenajear a muchos ayuntamientos, desde los años 20 a los más recientes, de todos los colores) para dar trabajo a los parados obreros locales. A fin de cuentas, el alcalde Marín (junto a su hermano Francisco, los populares "Marines" escondidos hasta 1969 en su casa) fue uno de los políticos y personajes más controvertidos de la Guerra Civil en Bailén y que obviamente, se colocó (el gran azulejo) en un lugar tan destacado bajo mandato socialista.
En el caso del Tierno Galván es
una plaza, que pretenden llamarla como de la “Sanidad Española” y la de Pablo
Iglesias como la de “Feria del Barrio” (sin duda, muy políticamente correcto
todo), porque allí mismo se celebra en la actualidad cada mes de mayo la feria
del barrio de San José Obrero. Tras la polémica generada entre la población a través
de las RRSS (con la correspondiente indignación del PSOE bailenense), el
ayuntamiento ha dejado sobre la mesa el asunto tras las protestas de los
vecinos.
Opiniones aparte, me ha venido a la
memoria un dato histórico en la que la figura de Pablo Iglesias trajo
controversia en el consistorio de Bailén. Justamente 10 años después de la
muerte de Pablo Iglesias (1925) (el que por cierto, estuvo en Bailén dando un
mitin en el Teatro Reding de la calle Choza el 23 de abril de 1913). En 1935, en plena II República,
a las puertas del estallido de la Guerra Civil, siendo alcalde de Bailén,
Rafael Martínez Calvo se leyó en la sesión ordinaria del día 1 de junio la petición
que hacía al consistorio la “Sociedad de oficios varios” (UGT o la Casa del Pueblo de Bailén) para que le
devolvieran un cuadro del fundador del PSOE que hasta entonces había estado
colocado en el salón de sesiones del ayuntamiento.
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Diario de Linares 23 de abril de 1913 |
Es curioso que el asunto trajo el debate en la sesión entre todos los ediles derechistas en la que Lorenzo de Castro Rodríguez opinó que el cuadro debía volver a colocarse donde estaba. La oposición llegó por parte de Andrés Muñoz Arance que explicaba que, por esa regla de tres, debería colocarse un retrato de todos los simpatizantes de las distintas formaciones políticas, a lo que Castro le ratificó e insistió añadiendo que el cuadro no debía haber sido quitado del lugar donde estaba. También intervino Pablo Aguilar Alonso que expuso que el cuadro debía de guardarse en el Archivo Municipal ya que el ayuntamiento lo había costeado. En este sentido los tiros iban encaminados a que nadie ajeno al ayuntamiento debía llevarse algo de su pertenencia y añade que el retrato que había del Sagrado Corazón se devolvió (a alguien) porque fue una donación particular que se hizo al ayuntamiento. Como ven, la historia de siempre… lo que me sorprende que era una discusión entre sus “enemigos”.
Poniéndonos en contexto con la época
nos valdremos del estudio más científico que existe de aquel periodo en Bailén escrito
como no podría ser menos, por el especialista en la materia en la provincia de Jaén,
Luis Miguel Sánchez Tostado[5]. Lo
voy a utilizar como fuente bibliográfica porque no hay otra, ya que tras haber consultado
en situ bastante documentación de la que él utilizó (actas capitulares de Bailén
y juicios a los encausados del Archivo Militar de Sevilla disponible en la web
del IEG), creo que Bailén necesita otra revisión sobre toda esta historia,
intentando evitar todo sesgo ideológico y contando TODO en su contexto.
Este ayuntamiento de 1935 estaba
formado por derechistas a consecuencia de la “revolución de 1934”, un intento
de (citando a Tostado) “movimiento huelguístico e insurreccional entre los
días 5 al 19 de octubre de 1934” de la izquierda encabezado por Largo Caballero
e Indalecio Prieto a la que se unió de forma desigual sectores de la CNT Y del
PCE, llevados por su no aceptación de que en las urnas saliera vencedor por
primera vez las derechas en la República en 1933[6].
A continuación, el gobierno cesó a
los concejales y alcaldes de las organizaciones que habían formado parte de la huelga
general (que otros llaman golpe de estado), incluso a los que no participaron
en la huelga como fue el caso de Bailén. Por entonces ostentaba la alcaldía Ramón
Hernández Turón que en sesión del 23 de septiembre de 1934 dio lectura del
bando del Gobernador Civil de la provincia declarando el estado de alarma en
todo el territorio nacional.[7] Desde
ese día hasta el 14 de octubre hay un “silencio” sobre este asunto en las actas
municipales, según Tostado debido a “que la Guardia Civil, obedeciendo órdenes
del Gobernador, procedió a la detención en pleno de la corporación con el alcalde y todos los concejales de
izquierdas del ayuntamiento de Bailén, así
como numerosos vecinos miembros de comités de huelga, sindicatos y
organizaciones políticas que habían, si no secundado, al menos apoyado las
movilizaciones aunque fuese testimonialmente”.[8]
El 14 de octubre de 1934, en
convocatoria extraordinaria, Antonio Velasco Damas, delegado del Gobierno Civil,
acudió al ayuntamiento para constituir la nueva corporación y decretar el cese
de los concejales detenidos. Citando nuevamente a Tostado: “Los asistentes
fueron: Rafael Martínez Calvo (Partido Radical), Eufrasio García Castell (Partido
Radical), Lorenzo Castro Rodríguez (Partido Radical), Juan M. Cobo Aguilar
(Partido Radical), Andrés Gámez Arboledas (Partido Radical), Pablo Aguilar
Alonso (CEDA, minoría Agraria), Miguel García Salas (CEDA) Manuel Serrano Martín, José Malpica Martos, Pablo Gracia Mediano, Martin Recena Ciudad Real, José
Gámiz Rodríguez, Pedro Delgado Perales, Eusebio Serrano Martín y Federico
Iglesias Arias-Pardiñas”.[9]
Todo lo que acontece después de
estos anecdóticos episodios comienzan ya a mostrar las tensiones que
desembocaron en la Guerra Civil Española donde algunos de los citados fueron
asesinados en los paseíllos de las milicias del Frente Popular donde estaban involucrados
bailenenses y otros vecinos de poblaciones provinciales unidos a este
movimiento. Por ejemplo, Rafael Martínez Calvo sería asesinado el 7 de octubre
de 1936, Pablo Aguilar Alonso el 3 de septiembre, Andrés Muñoz Arance el 29 de
agosto y José Malpica Martos el 7 de octubre.[10] La
represión franquista fue fulminante con todos aquellos que fueron acusados como
culpables de estos asesinatos siendo fusilados en fechas posteriores a la finalización de la contienda civil.
Para terminar y volviendo al dato
histórico en el que gira esta entrada, les adjunto la transcripción para la
historia:
Sesión ordinaria del ayuntamiento
celebrada el día 1º de junio de 1935.
[Segundo punto del orden del día]:
“Leída una instancia suscrita por la Sociedad de Oficios Varios solicitando
le sea entregado el cuadro de Pablo Iglesias que se hallaba en el salón de
sesiones, se entabla discusión sobre el asunto, manifestando el sr. Castro que
dicho cuadro debe colocarse donde estaba, oponiéndose a ello el sr. Muñoz
Arance aduciendo que de esa forma las distintas formaciones políticas podrían
pedir la colocación en el mismo lugar de los retratos de sus simpatizantes y el
sr. Castro le rectifica e insiste en su petición añadiendo que no debió
desaparecer, sin permiso, el mencionado retrato del salón de sesiones. El señor
Aguilar Alonso opina debe de guardarse en el archivo ya que el municipio lo
costeó siendo por tanto de su propiedad y si se entregó el del Sagrado Corazón
fue en concepto de devolución de una cosa que habían regalado.
En definitiva y por mayoría se
acuerda conforme a la proposición del señor Aguilar Alonso y que así se
comunique a la sociedad peticionaria”.[11]
[1] https://www.publico.es/espana/pp-cambia-calle-pilar-bardem.html
[2] https://www.lavanguardia.com/politica/20200919/483539200248/cadiz-kichi-ramon-de-carranza-cambio-de-nombre.html#:~:text=El%20regidor%20gaditano%2C%20que%20se,ley%20andaluza%20de%20Memoria%20Hist%C3%B3rica.
[3] https://www.ideal.es/jaen/20080313/provincia/sindicato-estudiantes-pide-perdon-20080313.html
[4] Sánchez Tostado, L. M.
(2010): República y Franquismo en Bailén. Lucha de clases, Guerra Civil y
Dictadura (1931-1945). Asociación Historiador Jesús de Haro. Bailén (Jaén),
pág. 124-125.
[5] Sánchez Tostado, L. M. (2010): República y Franquismo en
Bailén. Lucha de clases, Guerra Civil y Dictadura (1931-1945). Asociación
Historiador Jesús de Haro. Bailén (Jaén).
[6] Ibidem,
págs. 54-55.
[7] Ibidem, pág. 56.
[8] Ibidem, págs. 56-57.
[9] Ibidem, pág. 57.
[10] Ibidem, págs. 58-59.
[11] Archivo Municipal de
Bailén, Sección Actas Capitulares, caja 1985, fol. 99v-100r.