Cuando me he encontrado con
documentos como los que les muestro, jamás de los jamases me imaginé que hoy día
volviéramos a vivir algo similar. Incluso, resoplaba tranquilo confiado de que
eso ya no íbamos a volver a sufrirlo. Estamos viviendo algo tan nuevo para
todos como común lo fue para nuestros ancestros. Y es que cuando saltó toda
esta historia del covid-19 lo primero que se me vino a la mente eran todas estas
historias.
Me plantee entretener contando alguna
anécdota de estas, pero entonces pensaba que tal vez era lo menos indicado que podía
contar (tal vez demasiado morboso, aunque luego todo el mundo hizo eso mismo,
hablar de las antiguas epidemias), aunque el mundo estuviera (y está)
obsesionado esperando buenas noticias sobre esta crisis sanitaria. Pero hoy he decidido
dejarles un simple bosquejo de Bailén y su lucha contras las epidemias.
Y es que antaño no tenía la
humanidad bastante con las calamidades del hambre o la guerra, del durísimo
trabajo que encima el miedo a la enfermedad acechaba por las esquinas. Hoy les
dejo unos curiosos documentos, solo algunos entre otros muchos, donde la información
nos resultará muy familiar, aunque acaeciera hace 160 años. Se tratan de
informes sanitarios sobre el estado en que se encontraba Bailén en el mes de
julio de 1860, donde recibió la visita del cólera. En estas cartas podemos leer
como la parroquia de Bailén tenía casi diariamente informado al obispado sobre
la situación sanitaria que se vivía en la ciudad donde aún resonaban las
glorias de la obtención de título de ciudad, justamente 10 años antes.
La situación copó (o más bien, la
documentación solo trata esas fechas) todo el mes de julio y se fue apaciguando
recién llegado el mes de agosto (ojalá tuviéramos esa suerte hoy día en la era
de las tecnologías). Estas cartas pertenecen a un extenso expediente donde se
tratan muchos asuntos sobre lo acaecido durante aquella epidemia, muchas situaciones
que como dije nos recordarían a muchos de los episodios que estamos viviendo.
La que abre esta entrada, está
fechada tal día como hoy, pero del año 1860, donde un tal Vicente Cuesta (no sé
si era un cura o médico, el párroco era Juan Pérez Galindo) informa del parte
sanitario, el cual es positivo ya que participa de las existencias del día 28,
los “invadidos” del día 29, no existiendo fallecidos ni curados en aquellos días.
Las fiestas, más bien la conmemoración
de la batalla, las vivieron con un informe del 19 de julio con las existencias
del día 18 con trece casos, estando invadidos 2, siendo 3 los fallecidos y 5
los curados y 7 los existentes para aquel 19 de julio de 1860.
Por último, el día 1 de agosto, Vicente
Cuesta comienza a anunciar las buenas noticias con la siguiente comunicación:
“Parroquia de la ciudad de Bailén. Tengo el
honor de manifestar a V.E.Y. que el estado de salud pública de esta ciudad, en
el día de ayer ha sido satisfactorio pues no se ha presentado invasión alguna del
cólera ni fallecimiento. Dios guarde a V.S.Y muchos años. Bailén 1ª de agosto
de 1860.
Vicente Cuesta [rúbrica]”
Como ven, son meros ejemplos de que
tal vez poco hemos cambiado. Vestigios que hoy les dejo, que con el estudio de
muchas más fuentes, en un futuro, puedan dar fruto a un trabajo más específico
sobre las epidemias en Bailén.
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