Una vía de acceso a Bailén lleva
su nombre en su faceta de “historiador”, un tramo de lo que antaño fue el
camino de Baeza, ya que, desde La Puerta Baeza, pasando por la calle Saeta el siguiente
tramo que unía al actual camino rural de La Cañada Baeza, vámos, la calle que
nace del cruce Moredal-Saeta y termina en la antigua nacional IV, entre el
instituto Medina Revilla y el supermercado Lidl.
Rus Puerta fue promotor de la construcción
del actual Santuario de Zocueca y el estudio de su biografía, sobre todo la bailenense
aún es un estudio pendiente.
A continuación, les dejo un
interesante trabajo sobre su testamento y codicilos que hizo el historiador Juan
Antonio López Cordero en este enlace.
Este trabajo me despertó la
curiosidad por buscar el testamento de tan ilustre bailenense al que “pisamos”
cada vez que entramos a la Encarnación por la puerta mayor, ya que ahí pidió ser
enterrado e incluso mandó colocar una lápida con epitafio que tuvo que
desaparecer en los distintos cambios de solería de la iglesia. Pienso que tuvo
que haber una época en que el suelo del templo tuvo que estar salpicada de lápidas
de los difuntos que allí dormían el sueño de los justos. Algunas referencias he
encontrado en diversos testamentos y la de Rus Puerta es una.
Les dejo el análisis tal cual los
escribió López Cordero y con algunas fotografías de los documentos. Dudo que se
le pueda sacar más jugo que el que le sacó el autor del siguiente artículo,
pero que quede constancia fotográfica de algunas de las páginas del testamento
del prior Rus Puerta, y ojalá sirva para incentivar la investigación sobre sus
periplos bailenenses.
EL TESTAMENTO DE FRANCISCO DE RUS PUERTA (En Crónica de la Cena Jocosa de 1998. Asociación de Amigos de San Antón. Jaén, 1999, pp. 116-120.)
Juan Antonio López Cordero
¡Ya
era hora!, dijo alguien de los amigos de San Antón cuando en la cena jocosa del
año pasado Manolo López Pérez propuso públicamente un homenaje a nuestro
querido prioste Pedro Casañas, el alma de una asociación que nació con vocación
de servicio y que, después de muchos años, tanto ha dado a la cultura
jiennense. Todos sabemos que la labor de Pedro es ardua y oscura, realizada a
la sombra y totalmente desinteresada, algo que no es de extrañar para quienes
lo conocemos, porque si hay un par de adjetivos principales para definirlo,
éstos son los de humilde y trabajador, lo que le honra aún más si
cabe. Forma parte de esa clase de hombres que van dando por la vida todo lo que
tienen, de esas buenas personas "machadianas" de impresionante vida
interior, antípodas de la pedantería.
Por
otra parte, mi colaboración en el homenaje a Pedro Casañas pretende aportar
nuevos datos para el conocimiento biográfico de un personaje cuyo trabajo
supuso en su época también un gran esfuerzo a la cultura jiennense y que, en
gran parte, aún permanece en la sombra.
Sin
duda, hay hombres a los que la historia ha tratado injustamente, como es el
caso del maestro Francisco de Rus Puerta, un pionero de la historia provincial
en la primera mitad del siglo XVII, cuya persona y obra han sufrido en el
pasado el plagio más descarado, y en el presente la incomprensión y la crítica
más despiadada, calificándolo de falsario y encasillando toda su obra con los
falsos cronicones[1].
Ya
en la edición revisada de su obra Corografía antigua y moderna del reino
y obispado de Jaén[2] hicimos
una defensa de este historiador giennense, obviando anacronismos históricos,
situándolo en su época, en una cultura barroca con su aprecio por lo
maravilloso, que influye tanto en Rus Puerta como en el resto de los
historiadores coetáneos y es evidente en la primera parte de su Historia
eclesiástica del Reino y Obispado de Jaén, publicada en 1634, y en otras
obras suyas (Defensorio de Begíjar y sus santos y Por los
santos naturales del reino de Jaén). La crítica a este tipo de historia no
vendrá hasta años después, en la que destacan Nicolás Antonio, el Marqués de
Mondéjar y Sanz de Aguirre.
Pero -salvando anacronismos- no toda la obra de Rus Puerta es despreciable y, menos
aún, su labor de epigrafista, que le convierte en uno de los precursores de la
historiografía provincial jiennense, lo que podemos observar en su Corografía
del reino y obispado de Jaén (manuscrito de 1646, publicado en 1898 y
reeditado en 1998) y la Historia de los Obispos, segunda parte
de la historia eclesiástica del reino y obispado de Jaén, manuscrito inédito
plagiado en gran parte tras su muerte.
De
Francisco de Rus Puerta no sabemos mucho. Nació en Baeza a finales del siglo
XVI, pero no hemos podido encontrar su partida de bautismo entre los libros
sacramentales que se conservan. Fue estudiante en la Universidad de Baeza y
allí obtuvo el título de maestro y ejerció la docencia. Fue
protegido por el obispo Baltasar Moscoso y Sandoval, que le nombró Examinador
Sinodal en 1624. Nombrado prior del pueblo de Begíjar, más tarde lo fue de
Bailén y, como tal, también comisario del Santo Oficio de la Inquisición de
Córdoba en la localidad. En el Archivo Parroquial de la Encarnación de Bailén
tampoco se conserva documentación de esta época, pero tenemos constancia que se
hallaba en esta villa al menos desde 1621.
Por
su testamento[3] podemos
conocer algunos datos más de su vida. Está fechado en Bailén, a 23 días del mes
de marzo de 1649 ante el escribano Luis de Medina, al cual añade unas cláusulas
dos días después ante testigos, cuando su grave enfermedad ya no le permite
siquiera firmar. Muere ese mismo día, el 25 de marzo.
El
testamento contiene también una escritura otorgada al testador por el Cardenal
y Obispo de Jaén Baltasar Moscoso de Sandoval, firmada por el Secretario
Licenciado Pedro Ruiz y fechada el 28 de agosto de 1621, la cual le concede
licencia para otorgar testamento, atendiendo a las consideraciones habituales
que se hacen: "considerando la brevedad de la vida humana y como no ay
cosa mas çierta que la muerte ni mas ynçierta que la hora della". En
esta licencia le permite nombrar herederos, teniendo en cuenta a "las
iglesias donde aveis sido benefiçiado cuios rreditos aveis llevado y goçado la
qual dicha liçençia que para lo suso dicho os damos sea y se entienda
rreservando como rreservamos poder en nos y nuestros suçesores para el coxer y
tomar una pieça o joya de vuestros bienes muebles y haçienda que mexor nos
pareçiere".
La
causa de la muerte de Francisco de Rus Puerta nos es desconocida. Sólo sabemos
que ocurre con relativa rapidez -el día 23 hace testamento y muere el 26- y que
este es un año -1649- en que la peste azota duramente la provincia de Jaén,
enfermedad que provoca la muerte en escasos días a la mayoría de los afectados.
El
testamento comienza con las palabras habituales de la época en este tipo de
documentos: la encomendación a Dios y a la Virgen Santa María -hace especial
mención a los santos José, Francisco, Jerónimo y Marta a quien Rus Puerta tiene
por abogados- y la tradicional expresión "estando enfermo de el cuerpo
e sano de la voluntad y en mi buen juiçio seso y entendimiento natural tal qual
dios nuestro señor fue servido deme dar creiendo como firme y verdaderamente
creo en el misterio de la santísima trinidad que es dios padre hijo y espíritu
santo tres personas y un solo dios verdadero y en todo aquello que tiene y ace
y confiesa la santa madre yglesia de rroma".
Seguidamente
siguen las mandas testamentarias. La primera de ellas se refiere al lugar de
enterramiento, que había de ser "en la iglesia maior desta villa a la
entrada de la puerta maior y en ella se ponga una lauda grande en que diga
aqueyo yaçe el yndigno sacerdote el maestro frrancisco de rrus puerta prior
desta santa yglesia rrueguen a dios por el", junto con el protocolo
del entierro, en el que debían estar los frailes de San Francisco del convento
de Linares, y las distintas cantidades en metálico y especie que habían de
recibir los sacerdotes participantes en el entierro por las misas y sermón.
Además
de las dos mil misas rezadas que habían de darse por su ánima, Rus Puerta no
olvida a las ánimas del purgatorio, a sus padres y hermana y otros familiares
suyos, para los que encarga otras misas, que habían de darse en la Iglesia
Mayor de Bailén, conventos de San Francisco de Linares, Santísima Trinidad de
Úbeda, San Agustín de Jaén, y los siguientes de Baeza: de la Victoria,
Carmelitas Descalzos, San Francisco, Santo Domingo, Trinitarios Descalzos, La
Merced y Santísima Trinidad de Calzados. También en la Iglesia Colegial de
Baeza y en el Convento de la Merced de Jaén. Todas estas instituciones
probablemente estuvieron relacionadas con su vida.
Respecto
a sus bienes, su distribución fue diversa. Aquellos relacionados con los
oficios divinos, como eran unos candelabros y salvilla de plata, los donó a la
Iglesia Mayor de Bailén. Ordenó además distintas limosnas a las ermitas de
Bailén, a la Iglesia Mayor de Jaén, a la Cofradía del Santísimo Sacramento, a
la Iglesia de Begíjar, de donde fue prior, y también a la Iglesia de Nuestra
Señora de Zocueca de Bailén, a la que donó un cuadro de San Pedro en las
prisiones y otro de un Cristo en el lagar, para ser colocados en los altares colaterales
de esta iglesia, cuyas obras se realizaron bajo su priorato, como así queda aún
constancia en una lápida conmemorativa que hace de dintel en la puerta de la
sacristía.
El
resto de sus bienes los distribuyó entre la familia de su ama viuda Catalina de
Ortega, la hija de ésta María de Ortega y su marido Luis de Molina -albacea del
testamento-, y los hijos de estos últimos: María, Pedro y Francisca. Pedro
recibió una casa con bodega y tinajas de aceite en la calle Eras del Pilar,
Francisca un olivar de ochenta olivas en la Cobatilla, María otro olivar de
ochenta olivas en el lugar del Llano el Obrero. De estos bienes serían
usufructuarios los padres.
Catalina
de Ortega, el ama, recibió unas casas en herencia, ropa y mobiliario, que a su
muerte debían pasar a su hija. Luis de Molina, una mula negra con silla y
aparejos, que Rus Puerta debió utilizar en sus desplazamientos.
También
poseía una esclava negra, Magdalena, algo habitual en la época, también entre
los sacerdotes, a la cual le da la libertad, junto con su ropa y doscientos
reales para que "se vaia donde quisiere".
Otro
apartado en su testamento lo componen las limosnas para los santos lugares, y
otras instituciones religiosas, entre las que destaca la Cofradía y Casa de
Nuestra Señora de Zocueca, que recibiría el producto de vender a censo unas
fincas urbanas en Bailén y otros censos, hasta una cantidad de ochocientos
ducados, "para que desde mi muerte en adelante de la rrenta dellos
perpetuamente para siempre jamás la dicha cofradía e maiordomo que es y fuere
de la dicha casa sean obligados a haçer deçir en la yglesia de nuestra señora
de çocueca una misa rreçada todos los dias de domingos y fiestas de
cada un año por mi anima".
En
la Iglesia de Bailén, de la que era prior, mandó fundar dos capellanías "para
bien de los naturales desta villa para que tengan con que ascender a el horden
sacerdotal", una en honor de San José y la otra de San Francisco,
santos que tenía por abogados. Estas capellanías serían datadas con diversos
censos que tenía sobre otros tantos bienes.
Algunos
familiares de Francisco de Rus también están presentes en su testamento. Así,
su primo Andrés, vecino de Baeza, recibiría los ingresos de diversos censos.
Mariana de la Puerta, viuda de Lucas de Vilches, treinta ducados. El maestro
Alonso de la Puerta, presbítero de Sabiote, diversos bienes muebles.
A
este testamento, Francisco de Rus Puerta añadió unas cláusulas dos días
después, el mismo día de su muerte, las que dictó ante testigos y que no pudo
firmar por estar en agonía. En éstas especifica que Luis de Molina, su albacea
y uno de sus herederos, había cobrado los débitos que con él tenía y algunos
otros pormenores. Además, una de las mandas hace referencia a la "segunda
parte del libro primero" que ya tenía acabado, el cual ofrece al
Cabildo de la Ciudad de Jaén y su Deán para que lo imprimiesen si así era su
deseo y utilizasen los beneficios en las obras de la Santa Iglesia de Jaén, un
libro que le había costado mucho trabajo realizar. Posteriormente este
manuscrito fue plagiado en gran parte por Martín de Ximena Jurado en su
obra Catálogo de los Obispos de las Iglesias Catedrales de Jaén...,
y aún hoy día permanece inédito.
[1]Ver Cazabán Laguna, Alfredo. "La
historia de Rus Puerta". Don Lope de Sosa, año 1913. Ed.
Facsímil. Riquelme y Vargas. Jaén, 1982, p. 179.
[2] Ver estudio preliminar del libro: Rus
Puerta, Francisco de. Corografía Antigua y Moderna del Reino y Obispado
de Jaén. UNED Jaén / Real Sociedad Económica de Amigos del País de
Jaén. Jaén, 1998 (1ª ed. 1898, ms. 1646).
[3]Archivo Histórico Provincial de Jaén, legajo
5958, fol. 52r-65v.
No hay comentarios:
Publicar un comentario