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miércoles, 27 de octubre de 2021

EL RETABLO MAYOR DEL CONVENTO DE LAS TRINITARIAS DE ANDÚJAR OBRA DEL TALLISTA DIEGO BRIONES (1705)

Estado actual del retablo del convento de las Trinitarias de Andújar. Foto: Jesús Ángel Palomino León.


Otro de los trabajos que hemos podido documentar a las gubias del taller de Diego Briones es el retablo que realizó para el testero de la iglesia del convento de las Trinitarias de Andújar.[1]

Venía el maestro conquense de realizar importantes trabajos en el Santuario de la Virgen de la Cabeza y se encontraba realizando el gran retablo de la iglesia de Santa María de Linares en un periodo en que no tenía una residencia estable, afincándose allí donde se encontraba trabajando, ya fuese Andújar, Linares, Bailén o Vilches hasta que se estableciera definitivamente, y donde acabó sus días, en Baeza. Mientras estuvo trabajando en Linares, se comprometió a la talla de este nuevo retablo para Andújar. Estando aún avecindado en esta última ciudad se comprometió el 27 de enero de 1705 ante notario con el convento de monjas trinitarias de la Limpia y Pura Concepción de Nuestra Señora de la ciudad de Andújar para tallar el retablo para la capilla mayor de la iglesia del convento.[2] Como bien intuyó el profesor Domínguez Cubero[3], el aún existente (aunque mutilado y desvirtuado, probablemente rehecho tras la Guerra Civil) retablo mayor de las trinitarias podía ser de la misma mano que el del Santuario de la Virgen de la Cabeza, de Diego Briones, como ahora confirmaremos.


Briones otorgó escritura de obligación y de venta real en el mismo convento con las monjas encabezadas por su priora Dª Melchora Salcedo ante el escribano de Andújar, Francisco de Dueñas.[4]

En este documento, la priora Dª Melchora Salcedo expone que el patrón de la capilla mayor de la iglesia del convento no contrajo obligación alguna de tener que costear la fabricación de un retablo para la misma, solamente un tabernáculo que era lo que únicamente decoraba el testero del presbiterio hasta esa fecha. Reconociendo que la iglesia no tenía un retablo que se correspondiese con el hermoso templo expusieron una curiosa forma para financiar la obra del nuevo retablo.

Para poder costear la obra, tanto la priora Dª Melchora como su hermana Dª Francisca Salcedo (también monja del convento) declararon que ambas poseían en el término de Baños de la Encina 490 olivos en cuatro pedazos diferentes que habían heredado de una tía llamada Dª María Delgado, que fue vecina de Baños de la Encina.

Estos olivos pasarían a formar parte de los bienes raíces del convento cuando muriesen ambas hermanas religiosas según tenían otorgadas en dos escrituras en Andújar el 24 de noviembre de 1691 y el 17 de agosto de 1692.[5]

Las hermanas declararon que era su deseo privarse del usufructo de estas olivas para que se vendieran y con ese dinero financiar la construcción del retablo al que aspiraban para el altar mayor. Lo propusieron a la comunidad y estas lo aceptaron, y para poder encargar la obra pidieron la correspondiente licencia al padre provincial de la orden para poder vender los referidos olivos y con ese dinero pagar el retablo. La licencia les fue concedida por el padre provincial de la orden de la Santísima Trinidad de la provincia de Andalucía fray Andrés Humano el 8 de noviembre de 1704.

En virtud de todo esto ajustaron con Diego Briones la hechura del retablo según la acostumbrada forma, dibujando una planta o diseño que el maestro tenía hecha para el otorgamiento. La obra ascendía al precio de 10.500 reales, dándole la comunidad en parte de pago los 490 olivos en venta real, por un precio de 9.759 reales en que estaba estimado el precio de los olivares, más la parte restante que tenía que pagarle el convento cuando el retablo ya estuviese instalado en la iglesia y que ascendía a 741 reales. Se obligó a entregar y colocar el retablo para el 8 de diciembre, festividad de la Inmaculada Concepción, actuando como fiadores de Diego Briones, los vecinos de Andújar: Cristóbal de Cazorla, Tomás Labrador y Joseph de Córdoba.

Entre las condiciones que se exponen en la escritura se refleja que debe de ejecutarlo en madera de pino y entregarlo “en blanco” (sin dorar) y que había de poner a su costa todos los materiales de madera, clavos y cola. Es muy corta la descripción del retablo, tan solo especifica que en lugar de la columna y pilastra en ambos lados que figuran en el boceto se les hiciera dos columnas y dos pilastras. Respecto a sus dimensiones, el retablo debería cerrar todo el testero con unas medidas de ocho varas de ancho y doce de alto. En cuanto a la imaginería y pintura del retablo (y dorado) quedaba a cuenta del convento y que éste pagase los albañiles y demás gastos que surgieran en su instalación menos los jornales de los oficiales de Diego Briones, que sí correrían de su cuenta.

Como era costumbre, el retablo debería ser reconocido y tasado por peritos del mismo oficio. Las monjas se reservaban el derecho de buscar a otro tallista para que lo terminara si a Briones le sorprendía una enfermedad o la misma muerte durante su trabajo.

El maestro cumplió con su trabajo casi un mes antes de lo pactado cuando el 18 de noviembre de 1705 otorgó ante el escribano de Linares, Pedro Bajel Moreno (citándose Briones como vecino de Linares) poderes a Diego García, vecino de Andújar, para que en su nombre cobrase al convento los 741 reales de vellón restantes del total. En esta escritura declaró que ya había instalado el retablo en Andújar y que había sido examinado por los peritos[6].

Este mismo poder lo revocó el día 24 de noviembre ante el mismo escribano (nombrándose nuevamente como vecino de Linares) para que esta vez lo representase el andujareño Matías Martínez de Mira en el cobro del retablo de las Trinitarias de Andújar[7]. Así, el día 27 de noviembre, en la ciudad de Andújar, y ante el escribano Francisco Dueñas, Matías Martínez de Mira otorgó carta de pago de los 741 reales que se debían pagar tras ser montado el retablo en la capilla mayor del convento de las Trinitarias de Andújar[8]. Probablemente estos sean los olivares del término de Baños de la Encina que recibió como parte de pago de este retablo que años después pretende y vende en 1708[9] y 1712.[10]

A continuación les dejo las primeras páginas de algunas de las escrituras notariales sobre el que se ha realizado este trabajo.











[1] LENDÍNEZ PADILLA, J.P. (2021): «La talla sacra en la ciudad de Baeza durante el siglo XVIII (I): Diego Briones y Juan de Arias». Boletín del Instituto de Estudios Giennenses, nº 223, pp. 116-119.

[2] Archivo Histórico Provincial de Jaén, (en adelante AHPJ), Sección Protocolos Notariales Andújar, Francisco Dueñas (1705-1709), legajo 3249, fol. 25r- fol. 31v.

[3] DOMÍNGUEZ CUBERO, J. (2010): «Retablos Mayores en el santuario de la Virgen de la Cabeza». Boletín del Instituto de Estudios Giennenses, nº 202, pp. 269.

[4] AHPJ, Sección Protocolos Notariales Andújar, Francisco Dueñas (1705-1709), legajo 3249, fol. 23r- fol. 31v.

[5] Ambas escrituras se encuentran en: AHPJ, Sección Protocolos Notariales de Andújar, Manuel de Morales, legajo 3232, (1691) Fol. 169r-174v, (1692) fol. 352r-355v

[7] AHPJ, Sección Protocolos Notariales Linares, Pedro Bajel Moreno (1705-1707), legajo 15200, fol.180r-181r.

[8] AHPJ, Sección Protocolos Notariales Andújar, Francisco Dueñas (1705-1709), legajo 3249, fol. 302r-302v.

[9] AHPJ, Sección Protocolos Notariales Linares, Diego Eufrasio de Ahumada, legajo 15139, fol. 8r-9r.

[10] Pareció Diego Briones al presente en la villa de Baños y otorgó haber recibido de Alonso Navarro, difunto y de Dª. Francisca Barragán, su viuda, vecinos de Baños, 5.652 reales de la cuenta de olivas que Briones otorgó a favor del dicho Alonso Navarro y su mujer ante Francisco de Robres Suarez vecino y escribano de la villa de Baños.  [AHPJ, protocolos notariales, rodrigo Antonio de Carvajal (1712-1718), legajo 6182, fol. 22r-22v].

 

jueves, 2 de septiembre de 2021

EL ANTIGUO RETABLO DE LA IGLESIA DE SAN PEDRO DE TORREDONJIMENO, OBRA DE DIEGO BRIONES.

Retablo mayor de San Pedro de Torredonjimeno obra de Diego Briones. Fuente: Luis Gómez López.


El antiguo retablo mayor de la iglesia de San Pedro de Torredonjimeno (destruido en la Guerra Civil Española), se ha venido atribuyendo hasta la fecha a la misma mano del tallista que realizó el retablo mayor del convento de Dominicas de la misma ciudad de Torredonjimeno, Pedro Cano de la Vega[1], entallador vecino de Jaén en 1728.[2] Pero recientemente hemos podido documentar la obra a la gubia del tallista conquense afincando en Baeza, Diego Briones[3]. Aunque el retablo de las Dominicas presenta las lógicas similitudes estilísticas (como el uso de la columna salomónica por ser obras de un periodo coetáneo), el retablo de San Pedro va a ser el hasta ahora único trabajo documentado a Diego Briones en una localidad alejada del norte de la provincia de Jaén, donde como estudié en mi trabajo sobre Briones, fue muy fecundo en esta zona de la diócesis jiennense.

Durante al menos el año 1714, Diego Briones tuvo que realizar el desaparecido retablo mayor de la parroquia de San Pedro de Torredonjimeno. No hemos encontrado el contrato, pero sí una carta de pago y unos poderes fechados en abril y septiembre de 1715 para cobrar lo que se la adeudaba de la obra. Decimos que lo tuvo que realizar el año anterior porque para el 12 de noviembre de 1714 ya estaba finalizado he instalado en la iglesia porque en esa fecha se obliga el maestro dorador de la ciudad de Jaén, Luis de la Barrera para dorarlo. El jiennense volvería a trabajar en el estofado y dorado de un trabajo de Diego Briones en el de la iglesia de Santa María de Linares sobre 1720.

En Baeza, el 30 de abril de 1715, Diego Briones “vecino de esta ciudad de Baeza y maestro de escultor en ella” otorgó carta de pago ante el escribano Íñigo Messia de la Puerta[4] en la que declaró que recibió en nombre del Rey y en “su real nombre de don Diego de Torres y Rincón vecino de la villa de Mestanza como arrendador que es de los bienes y rentas de la encomienda de la Peña de Martos y por mano del licenciado don frey Antonio de Torres y Rincón de la Cruz de Calatrava, prior de la parroquial del señor San Pedro de la villa de la Torredonjimeno como su poderista” 1.412 reales y 6 maravedíes y medio de vellón.

Era la cuarta y última entrega de los 4.236 reales y 20 maravedíes que se habían mandado pagar con fecha del 3 de marzo del mismo año en Madrid de las rentas y producto de la encomienda de la Peña de Martos de los 11.000 reales en “que se me remató la obra del retablo en blanco que hice y he puesto en dicha iglesia de Sr. San Pedro de dicha villa de Torredonjimeno”.

Debemos advertir las circunstancias especiales de la villa de Torredonjimeno a la hora de entender ciertos aspectos sobre la administración eclesiástica reflejadas en estas escrituras. Torredonjimeno fue una de las villas que perteneció a la Encomienda de la Peña de Martos (además de Jamilena, Higuera de Calatrava y Santiago de Calatrava) en el llamado Partido de Andalucía, un territorio de señorío eclesiástico que dependía para su administración de la Orden Militar de Calatrava.  En la Edad Media, las Órdenes Militares tuvieron una jurisdicción importante sobre los territorios que controlaban, sin embargo, en la Edad Moderna los Reyes Católicos dejarían obsoletas estas órdenes militares nombrándose el rey D. Fernando de Aragón “El Católico” como Gran Maestre de las Órdenes (y con él sus sucesores), perdiendo las Órdenes Militares sus poderes.

Por este motivo, las poblaciones comenzaron a segregarse jurisdiccionalmente, dejando de pertenecer políticamente a la Encomienda de Martos y pasando a convertirse en villas de realengo (dependientes del rey), pero en el ámbito religioso sí continuaron dependiendo de las Órdenes Religiosas, en este caso a la Orden de Calatrava. Por ello, la Orden seguiría nombrando a los curas de estas villas, razón por la que el prior era denominado como “frey” en lugar de “fray” y el otorgante que pagaba era el arrendador de los bienes y rentas de la Encomienda de Martos en nombre del rey.[5]

Tras esta carta de pago, aparecen nuevos documentos en referencia a este trabajo tosiriano. Sobre el pago del retablo encontramos un poder otorgado el 3 de septiembre de 1715. Dio poderes a D. Luis Pedro Otaño de la Cueva vecino de la villa de Madrid para que en su nombre “pueda haber, resolver y cobrar judicial o extrajudicialmente de la mesa maestra del Consejo Real de las Órdenes o de quien la intervención hubiere para hacerles pagos de la mesa maestra de la villa de la Torredonjimeno y de las tesorerías de su majestad (Q. Dios. g) dos mil doscientos y cincuenta y seis reales de vellón los mismos que ha dicho otorgante se le están debiendo resto del retablo que hizo para la iglesia de San Pedro de dicha villa de Torredonjimeno[6].

En esta ocasión pretendía cobrar 2.256 reales de vellón que aún se le debía. Pero por causas que desconocemos, el 25 de septiembre revocó este poder, cambiando a Luis Pedro de Otaño por el baezano Juan Navarro para que en su nombre cobrase esta nueva cantidad que se le seguía adeudando[7].

Como hemos apuntado, para el 12 de noviembre de 1714 el retablo ya estaba instalado en la tosiriana iglesia de San Pedro según se declara en las escrituras de contratación del dorado del retablo con Luis de la Barrera[8]. El dorador jiennense se obligó aquel día ante el escribano público de Torredonjimeno, D. Juan Francisco de Acuña junto a sus fiadores, los presbíteros tosirianos D. Francisco de la Cámara Grima, D. Jorge Alfonso Nieto y Calatayud y D. Juan Muñiz de las Parras a dorar el retablo que había tallado Diego Briones.

El licenciado frey Antonio de Torres y Rincón del hábito de Calatrava y prior de dicha parroquia de San Pedro pidió la fianza para emprender los trabajos que se tasaron en 11.000 reales. Los pagos a Luis de la Barrera se harían en tres pagos y plazos iguales de 3.666 reales y 22 maravedíes de vellón, dándosele la primera para dar comienzo del dorado, la segunda mediado el trabajo y la tercera y última cuando ya estuviese concluido y reconocido el trabajo por peritos que nombrase la iglesia.

A su vez se otorgó un poder en la que Luis de la Barrera daba poderes “al capitán de granaderos D. Luis Pedro Otano de la Cueva vecino de la [villa] de Porcuna, y residente en la villa y corte de Madrid” para que pidiera y cobrase los 11.000 reales que se había tasado la obra de dorado del retablo ante el rey y su Real Consejo de las Órdenes[9].

De esta desaparecida obra contamos con la descripción realizada a través de fotografías por la profesora Ulierte Vázquez en su Retablo en Jaén:

Tan sólo he logrado encontrar una antigua fotografía del [retablo] mayor. Se trataba de una estructura piramidal en que cuatro columnas salomónicas, esbeltas, ornadas con acantos, y de orden colosal, dividían el piso, único, en tres calles, ocupadas por nichos planos con esculturas. El de la calle central, más ancha, lo ornaba la erguida figura de San Pedro revestido de pontifical sobre el templete del manifestador que invadía el banco. Un ático de extremada altura con calle única entre columnas salomónicas ocupada por el Crucificado, remataba el retablo uniéndose a los jarrones extremos por medio de cartones muy calados de enrollados cardos. Amplia decoración vegetal en lugares concentrados completaba la obra”.[10]

ANEXO-TRANSCIPCION

1714, 12 de noviembre. Poder para dorar el retablo mayor de la iglesia de San Pedro de Torredonjimeno por el dorador Luis de la Barrera. Archivo Histórico Provincial de Jaén, Protocolos Notariales (Torredonjimeno), legajo 10.305, Pedro Antonio de Guzmán (1706-1708) que contiene al escribano Juan Francisco de Acuña (1709-1715), fol. 33r-33v.

Poder D. Luis Pedro Otano de la Cueva contra Luis de la Barrera.

Sepan cuantos esta escritura de poder vieren como Luis de la Barrera […] dorador de la ciudad de Jaén estando al presente en esta villa de la Torredonjimeno que doy y otorgo mi poder cumplido bastante el que de derecho se requiere y más pueda y debe valer al capitán de granaderos de Luis Pedro Otano de la Cueva vecino de la de Porcuna, y residente en la villa y corte de Madrid para que en mi nombre y representando mi persona y como yo mismo pudiera hacerla presente siendo parezca  ante su majestad (que Dios guarde) y señores de su real consejo de las órdenes y donde más lo deba hacer y pida demande y cobre de la persona o personas que lo debieren pagar, y se librase, once mil reales de vellón, la misma cantidad en que se me ha rematado la obra de dorado del retablo nuevo que se ha hecho en la iglesia parroquial de señor san pedro de esta villa, cuya cantidad debe percibir en tres plazos y pagas y cuales a tres mil seiscientos sesenta y seis reales y veinte y dos maravedíes cada una, la primera de pronto, luego que de principio a dicha obra, segunda ejecutada la mitad y la tercera y última concluida, vista y reconocida por los peritos que se nombrasen para si estuviese o no conforme a arte en conformidad de mi postura y sus condiciones y del que así cobrase por dicha razón de y otorgue carta de pago, finiquitos y los demás instrumentos y recados que conviniesen, y si la paga no fuese ante escribano que de ella de fe renuncie las leyes de la entrega prueba excepción de la nonumerata pecunia y demás del caso como en ellas en cada una se contiene y […] ello desde ahora para entonces lo apruebo y ratifico sin reserva y con alguna, si para los referidos….

En la villa de la Torredonjimeno a doce días del mes de noviembre de mil setecientos y catorce años siendo testigos Cristóbal de la Cámara, Bartolomé Pérez y Pedro Fernández Alcázar.

[rúbricas]

Luis de la Barrera.

Ante mi Luan Francisco de Acuña”.

 



1715, 30 de abril. Carta de pago de la hechura del retablo de la iglesia de San Pedro de Torredonjimeno por Diego Briones. Archivo Municipal de Baeza, protocolos notariales de Baeza, escribano Íñigo Messia de la Puerta, años 1716-1719, sala 3, estante 6, nº 159. Fol. 37r-37v.

“[fol. 35r]Carta de pago don Diego Briones a favor de su majestad.

Sépase por esta escritura de carta de pago vieren como yo don Diego Briones vecino de esta ciudad de Baeza y maestro de escultor en ella a que doy fe conozco: otorgo que recibo de su majestad que Dios guarde en su real nombre de don Diego de Torres y Rincón vecino de la villa de Mestanza como arrendador que es de los bienes y rentas de la encomienda de la peña de Martos y por mano del licenciado don frey Antonio de Torres y Rincón de la cruz de Calatrava prior de la parroquial del señor San Pedro de la villa de la Torredonjimeno como su poderista un mil cuatrocientos doce reales y seis maravedís y medio del vellón la misma cantidad que por libramiento del R. D. Alonso de Torralba […] de dicha orden del concejo de su majestad en el real de las tres  militares ordenes juez privativo en virtud del real cédula para conocer de todos los negocios [borrado] reparos y ornamentos [borrado] [fol. 35v] del territorio y jurisdicción de dichas órdenes refrendado de D. Juan de la Torre su fecha en Madrid a tres de marzo pasado de este presente año en que se le manda pagar al otorgante de las rentas y producto de dicha encomienda y de la tercera y última paga de los cuatro mil doscientos treinta y seis reales y veinte maravedíes que se le prorratearan a dicha encomienda y por cuenta de los once mil reales que se me remató la obra del retablo en blanco que hice y he puesto en dicha iglesia de sr. San Pedro de dicha villa de Torredonjimeno todo ello en la conformidad de dicho ¿libranza? que original con traslado de la escritura cual entrego a la parte del dicho don Diego de Torres y Rincón para guarda de su derecho y de dicha cantidad que ha de recibir por las razones expresadas me doy por satisfecho y contento y entregado a mi voluntad sobre que renuncio las leyes de la entrega […] del real […] numerata pecunia y demás [fol. 36r] del caso como en ellas y en cada una de ellas se contiene y de lo dichos un mil cuatrocientos y doce reales y seis maravedíes y medio otorgo carta de pago tan bastante y cumplido como al caso convenga a favor del dicho don Diego de Torres y Rincón.

[…] otro la presente ante el presente escribano público y testigos en la ciudad de Baeza a treinta días del mes de abril de mil setecientos y quince años siendo testigos d. Francisco de Baltodano, Don Rodrigo Marín de Camera y don Francisco Álvarez de […] y […] de Baeza.

[Rúbricas]

Diego de Briones.

Ante mi Íñigo Messia de la Puerta”.

 




[1] Es curioso que el hallazgo de la escritura del retablo para las dominicas y su correspondiente estudio solo sea citado por Mercedes Inmaculada Moreno Martel (MORENO, 2016, pág. 32) [consultado en http://tauja.ujaen.es/jspui/handle/10953.1/3340 el día 24/05/2020]. La escritura fue otorgada el 30 de julio de 1728 ante el escribano de Torredonjimeno Martín Vicente Royo (1726-1728). [AHPJ, Sección Protocolos Notariales Torredonjimeno, legajo 10484].

[3] LENDÍNEZ PADILLA, J.P. (2021): «La talla sacra en la ciudad de Baeza durante el siglo XVIII (I): Diego Briones y Juan de Arias». Boletín del Instituto de Estudios Giennenses, nº 223, pp. 103-141.

[4] AHMB, Sección Protocolos Notariales Baeza, escribano Íñigo Messia de la Puerta, años 1716-1719, sala 3, estante 6, nº 159, fol. 37r-37v.

[5] ILLANA LÓPEZ, F. J (2019): «La desmembración del territorio de la encomienda calatrava de Martos: jurisdicciones y villazgos en el Partido de Andalucía en la segunda mitad del siglo XVI». En GARCÍA GUERRA, E., LINARES GONZÁLEZ, H. y PERRUCA GRACIA, M. (eds.), (eds.): De la nobleza y la caballería. Privilegio, poder y servicio en la articulación de la sociedad moderna, ss. XVI-XVII. New Digital Press, Palermo, 2019, pp. 375-406.

[6] AHMB, Sección Protocolos Notariales Baeza, escribano Íñigo Messia de la Puerta (1716-1719), sala 3, estante 6, nº 159, fol. 69r-70r.

[7] AHMB, Sección Protocolos Notariales Baeza, escribano Íñigo Messia de la Puerta (1716-1719), sala 3, estante 6, nº 159, fol. 96r-96v.

[8] AHPJ, Sección Protocolos Notariales Torredonjimeno, Pedro Antonio de Guzmán (1706-1708) que contiene al escribano Juan Francisco de Acuña (1709-1715), legajo 10305, fol. 34r-34v.

[9] AHPJ, Sección Protocolos Notariales Torredonjimeno, Pedro Antonio de Guzmán (1706-1708) que contiene al escribano Juan Francisco de Acuña (1709-1715), legajo 10305, fol. 33r-33v.

[10] ULIERTE VÁZQUEZ, M. L. (1986): El Retablo en Jaén (1580-1800). Jaén, Concejalía de Cultura de Excmo. Ayuntamiento de Jaén, pp. 159.

 


miércoles, 4 de agosto de 2021

LOS VIEJOS CORTIJOS DE BAILEN: "EL RETRUCO"


 

Hace unos días, consultando un interesantísimo plano del término municipal de Bailén realizado en 1878[1], comprobé que por la actual carretera o camino rural JV-2.312 (conocida en Bailén durante las últimas centurias con el sobrenombre de “Camino de la Toscana”) que desemboca a la antigua carretera de Jaén (N-323), en la misma frontera con el término municipal de Jabalquinto y Espeluy (junto a los restos de lo que fue la estación de Ferrocarril de Bailén) existía una casería del importante propietario de aquella centuria, D. Tomas Soriano Marañón (1837-1887). Como ya hemos mencionado en varias ocasiones de él parte la línea sucesoria de la familia Corchado.

Observando por Google Maps pude comprobar que por la misma zona existía aun un edificio, el cual, me acerqué a conocer. Está más cerca si accedes por la carretera de Jaén e incluso llegas directamente hasta él por el viejo camino rural de la Cuesta de Juripe, que parte desde la misma carretera de Jaén entre las dos fabricas de ladrillos, “La Milagrosa” y “Torres Padilla” (antigua San Juan). En el plano es llamado como “Casa de D. Tomás Marañón o el Retruco”, por lo que al llegar ante el cortijo pude confirmar que se trataba de la misma casa del plano de 1878.








Este mapa es rico en contarnos la multitud de caseríos o cortijos que tenían los hacendados de entonces en el término municipal, siendo esta zona del suroeste bailenense de las más completas. De hecho, era vecino de la casa de Antonio Rentero, la casa de la viuda de Barrera, la de D. Ginés Quesada, o alejándonos un poco más, pues desde el cortijo Lillo, la casa del marido de su sobrina Mariana Soriano Arellano: D. Juan Antonio Soriano Rentero hasta llegar a la gran hacienda de su hermano mayor, D. Pedro Soriano Marañón, el cortijo de La Toscana (que finalmente acabaría en propiedad de su sobrina Joaquina Soriano).

Comprobando este mapa entiendo aquellas peticiones de D. Pedro Soriano Marañón al obispado insistiendo en el culto de su ermita de Santo Tomás de Aquino para dar el servicio espiritual a todas las gentes de aquellos contornos. Seguramente sería muy concurrido en el tiempo estival buscando los frescores del campo. Estando en la soledad achicharrante del medio día imaginé ver salir a las calesas tiradas por los caballos conducidas por los cocheros con las familias vestidos con sus galas de domingo acudiendo a la llamada de la campana que repicaba en la espadaña de la ermita del cortijo de La Toscana. Una costumbre que nacería un siglo antes en memoria de D. Manuel de Aguilar Cueto Marroquí que quiso que se diese misa en su ermita todos los domingos del año para los trabajadores y vecinos de su cortijo hasta el final de los tiempos, hasta que las leyes desamortizadoras decimonónicas acabaran con estos deseos religiosos propios del Antiguo Régimen.





El edificio, como se ven en las fotos, tiene un aspecto interesantísimo, bien cuidado en su exterior, construido con sillares de piedra, aunque algo ya olvidado en su interior (observándolo a través de las ventanas), que supongo aún utilizarán la familia Corchado para sus usos agrícolas. Un edificio que suponemos construyó el mismo propietario que le dio nombre durante su vida.

D. Tomas Soriano Marañón [su esposa fue Dª. Carmen Álvarez Lodares (1831-1896)] murió el 19 de mayo de 1887 y se ejecutó la partición de sus bienes[2] el día 1 de abril de 1888 siendo sus herederas sus dos hijas: Mariana (1864-1889) y Joaquina Soriano Álvarez (1874-1940) [esposa de Manuel Corchado Medrano (1868-1924)]. En la lectura del inventario viene citando sus posesiones por aquel lugar como unas fanegas de tierra de campiña “llamada Retruco sitio de cañada de Rentero o Porquerizo. Linde con el camino de las Carretillas”. Como vemos, puede que la JV-2.312 fuese llamada como camino de Las Carretillas (del mismo cortijo parte otro camino que es denominado en el plano como “Piedra del Águila”).

Utilizando esta anotación, esta finca la define de este modo:

44. Otra haza de siete fanegas seis celemines tierra de campiña, al mismo sitio que la anterior [Retruco sitio de cañada de Rentero o Porquerizo] dentro de cuya finca se encuentra enclavada una casa que mide doce varas de fachada por ocho de fondo, linda a levante con tierras de don Juan Antonio Soriano, poniente tierras plantada de esta testamentaria, sur camino de las Carretillas y norte camino de las Zorreras tasada esta finca con inclusión de la casa en novecientas pesetas. 900 ptas.”.

Esta finca y casa se adjudicó a su hija mayor, Dª. Mariana Soriano Álvarez en su hijuela que describe de la siguiente forma:

44. Un haza de siete fanegas y seis celemines, tierra de campiña sitio cañada de Rentero dentro de cuya finca se encuentra enclavada una casa que mide doce varas de fachada por ocho de fondo, linda a levante con tierras de don Juan Antonio Soriano, poniente esta testamentaria y sur camino de las Carretillas y norte camino de las Zorreras.

Esta finca tiene la titulación siguiente:

Dos fanegas de tierras compradas a Bartolomé Perales y García en dos de agosto de mil ochocientos setenta y cinco ante don Antonio Morillas inscrita en el tomo doscientos cuarenta y cuatro, libro ochenta y nueve de Bailén, folio doscientos cuarenta y cuatro, inscripción primera de la finca número seis mil seiscientos treinta y uno.

Cuatro fanegas de seis celemines inscritas por antedicho de herencia materna inscrita al tomo cuatrocientos treinta y ocho (folio) libro ciento sesenta y seis, folio ciento treinta y uno, finca diez mil setecientos veinte y uno inscripción primera.

Y más una fanega de tierra comprada a Pedro Antonio García en veintidós de febrero de mil ochocientos sesenta y dos ante don Jacinto Huete inscrita en la contaduría de hipotecas de Baeza al folio veinte y seis y veinte y siete del libro veinte y seis del registro de traslación de dominio de fincas rústicas de Bailén.

Más una parte de casa cortijo inscrito al tomo cuatrocientos treinta y ocho, libro ciento sesenta y seis, folio doscientos treinta y dos, inscripción primera finca número diez mil setecientos cuarenta y cuatro. 55.172´77 ptas.

Es libre de toda carga y ha sido tasada en novecientas pesetas. 900 ptas.










Como viene descrita la forma en que consiguió las fincas, bien sea a través de compra-ventas o herencias, comprobadas las escrituras de compra-venta y consultando también la partición de su madre Dª. Mariana Marañón Nueros (esposa de D. Bartolomé Soriano y Aguilar) en 1874[3] donde no se cita ninguna casa, pensamos que el promotor de la construcción de este bello cortijo andaluz se debió a D. Tomás Soriano Marañón entre 1874-78. La heredera de la casa, su hija mayor, murió prematuramente, probablemente a consecuencia del parto de su primogénita que murió pocos días después. Ella se casó con su primo hermano D. Manuel Serrano Soriano, militar de oficio y tal vez fotógrafo aficionado [las dos fotos antiguas adjuntas fueron tiradas por él] que murió poco tiempo después. Sin duda un desenlace desdichado para la familia en tan corto tiempo. Por estos hechos, las posesiones de Mariana Soriano Álvarez pasaron a su hermana Joaquina, motivo por lo que la casa siga perteneciendo a la familia Corchado, apellido que terminó cambiando el hidalgo y poderoso apellido Soriano entre la alta burguesía de Bailén.



[1] Desarrollado por el topógrafo 2º D. Manuel González y pasado de tinta por el topógrafo 2º D. Julián Igarza, fechado en Ciudad Real el 19 de abril de 1878 conforme con el desarrollo del oficial 1º Venancio Blanco.

[2] Archivo Histórico Provincial de Jaén (AHPJ), Protocolos Notariales (Bailén), escribano Antonio Morillas, legajo 23.344, fol. 655r-730v.

[3] AHPJ, Protocolos Notariales (Bailén), escribano Jacinto Huete Herrera, legajo 23.299, fol. 1.223r-1.467v.

jueves, 22 de julio de 2021

LA TALLA SACRA EN LA CIUDAD DE BAEZA DURANTE EL SIGLO XVIII (I): DIEGO BRIONES Y JUAN DE ARIAS. Boletín del Instituto de Estudios Gienneneses, nº 223 (2021).


 

Nunca fue un sueño, nunca fue un objetivo, pero lo que si es: una gran satisfacción que mi labor investigadora y divulgadora salga y comience (porque me gustaría repetir más) en la considerada revista cultural de investigación, no sé si con más solera, pero si las más valorada de las que tratan la cultura y la historia en la provincia de Jaén: El Boletín del Instituto de Estudios Gienneses.

Hecho la vista atrás, rumiando las intenciones, el por qué comencé a investigar y a día de hoy no salgo de mi asombro. Solo quería hablar de Semana Santa, quizás contar la de mi pueblo de la que nadie se interesaba. La verdad, no es abundante el interés histórico por mi pueblo, como siempre digo, la historia (como casi todo) nos deja de lado como esas carreteras que siguen siendo nudo de Andalucía, pero donde ya pocos paran.

Este “logro” se lo dedico a los que me insistíais que fuese más allá, a los que no me encasillara, aunque este primer trabajo, tenga muchos matices del sector que a mi más me apasiona y se me da bien, o por lo menos es de lo que más intento aprender. También se lo dedico a los que con vuestras criticas constructivas, a veces dolorosas, a veces entendidas me habéis hecho crecer, y lo que aun me queda por avanzar si algún día la vida me dice para y cambia de camino. Os juro, que estuve algunos meses sin poder enfrentarme al ordenador después de la paliza que me supuso escribir la base de este trabajo.

En mi primera incursión, hablo de arte religioso y de sus artistas. Un buen día investigando cofradías de Bailén me comunicó Juanjo Villar Lijarcio que entre el libro de actas de la cofradía de la Soledad que existe en el Archivo Municipal de Bailén y que yo había fotografiado, había unos apuntes sobre el encargo de una imagen en el siglo XVIII a un tal Francisco Briones. Ahí comenzó este trabajo, de un extenso estudio, ya que esta es la primera parte del artículo.

Como pasa en la actualidad, como no sabia quien era ese Francisco Briones, la primera búsqueda fue por internet, la que me descubrió, que efectivamente, había un escultor dieciochesco en la provincia, de Baeza, llamado así. Incluso me despertó ese interés turístico provincial, llevándome a conocer su retablo de Cabra del Santo Cristo.

El simple interés por encontrar algo más sobre ese encargo de imaginería me llevó al Archivo Municipal de Baeza, que tiene la particularidad (junto a Úbeda) de conservar los protocolos notariales de la ciudad. Allí, con la enorme generosidad y tal vez el mejor trato que he recibido en un archivo (que en casi todos ha sido genial), conocí a su archivera, María José Calvo Rentero, que siempre se prestó con una gran profesionalidad a ayudarme en lo que necesitaba. No encontré nada sobre el apunte del archivo bailenense (tengo la teoría que encargos de imaginería en la provincia de Jaén en aquel periodo, pocos se harían con escritura pública), pero si comencé a encontrar noticias de aquellos Briones que curiosamente no estaban publicadas, con lo que ha sido consultado ese archivo y la de libros que han salido de él, sobre todo por investigadores locales.

Así comenzó una historia que pretendía tan solo utilizar para mi trabajo bailenense, pero que poco a poco fue llenando mi alma de un interés mayor: escribir una monografía sobre los Briones para publicarlo ¿dónde?. El Boletín de IEG, era el lugar idóneo. Y así obré, creé un relato documental de esta familia de tallistas que me llevó a peinar todos los protocolos baezanos que se conservan del siglo XVIII y parte del XIX, y algunos de finales del XVII.

El trabajo comenzó en febrero del 2019 y prácticamente terminó tres años después, aunque en esto nunca se termina. Pero la labor no solo se limitó a Baeza, porque había que seguirles la pista por toda la provincia, sobre todo por el norte para poder presentar lo que Dios mediante será todo el estudio.

Por su amplitud, y las normas del BIEG, tuve que hacerlo en dos partes, y al obrar así, vi que podía ampliar el abanico de posibilidades, y como los Briones no estuvieron solos en Baeza, decidí crear un estudio dedicado a los maestros de la talla establecidos en Baeza durante aquella centuria. Por ello, en esta parte se estudia la figura del patriarca de los Briones, un conquense llamado Diego Briones del que incluso he llegado a encontrar muchos de sus descendientes residentes en mi pueblo (también he terminado por hacerme genealogista), porque creo que se ha demostrado con creces que son introductores principales del apellido en la comarca norte jiennense. De él he elaborado la historia familiar más completa que he podido, he contado lo que sobre él ya se había escrito y se conocía, más las nuevas aportaciones sobre su trabajo que he descubierto como fue su trabajo en el retablo de la Trinitarias de Andújar y el retablo mayor de San Pedro en Torredonjimeno.

En definitiva, en esta primera parte, he intentado divulgar la historia del que sería uno de los principales padres de gran parte del trabajo escultórico jiennense para iglesias y cofradías del XVIII. Porque después vinieron sus hijos, nietos y bisnietos, pero eso será para la segunda parte, Dios mediante. En esta primera parte, también culmino tratando a un maestro tallista y sobre todo yesero de la época del que pude encontrar un contrato de su desaparecido camarín para la Virgen del Alcázar, Patrona de Baeza, para su desaparecida iglesia colegiata. Por ello, decidí incluirlo recopilando lo que sobre él había. Es curioso, los pocos datos o casi nulos de su persona en los archivos baezanos, aunque las fuentes que lo han estudiado nos apunten su naturaleza baezana en sus pocos trabajos documentados. En los protocolos admito que se me ha podido escapar algún dato, pero resulta sorprendente que no los hallara en los padrones de vecinos. Tal vez Juan de Arias fuese el padre de dos niños que fueron bautizados en la iglesia de San Pablo en 1723 y 1724. Así consta de las partidas de bautismo de Juan Antonio, hijo de Juan de Arias y de Francisca Javiera de Higueras, que nació el 15 de enero de 1723 y fue bautizado el día 20 y que vivían en la calle Merced. El 14 de febrero de 1724 nació Isabel María Valentina Javiera, hija también de este Juan de Arias y Francisca Javiera Higueras residentes en la calle Merced, siendo bautizada el día 3 de marzo. Estos datos no aparecen en el artículo, porque lo encontré después de enviarlo al consejo de edición del boletín, pero aprovechado esta entrada, los comparto para su mayor difusión, aunque no podamos certificar que este Juan de Arias se trate de nuestro artista. Por cierto, desde aquí las gracias al párroco de San Pablo de Baeza que me dejó consultar los libros sacramentales de la parroquia, previa autorización del obispado.

Con ello les dejo, si así lo desean este primer trabajo sobre, como siempre digo, la aún muy incompleta historia sobre los maestros tallistas o escultores de los siglos dorados del arte en la provincia de Jaén, al que he añadido, un ramillete de diversas fotografías antiguas, muchas de ellas muy desconocidas para el gran público, tanto de algunos trabajos de los que hablamos como de otros que creo que pudieron salir de las gubias de estos, desde hoy cada vez menos, olvidados “arquitectos de retablos”.

En este enlace podrán descargarlo de Academia.edu. Además, les dejo inserto el pdf para una mayor facilidad de descarga.

lunes, 12 de julio de 2021

LA BANDA MUNICIPAL, D. MIGUEL MARTÍNEZ PLAZA Y UNA ASOCIACIÓN FILARMÓNICA FINANCIADA POR EDUARDO BONAPLATA DURANTE EL “SEXENIO REVOLUCIONARIO” (Programa de fiestas de Bailén 2021).

 




En un nuevo mes de julio, la vida debería, o eso quisiéramos, estar anunciándonos la inminente llegada de las Fiestas de Bailén de 2021. Pero como todos ya sabemos, la pandemia del Coronavirus sigue empeñada en trastocarnos todo lo que nos era cotidiano, y por ello, por segundo año, no tendremos las fiestas como las dejamos en aquel mes de julio de 2019. Aunque por un lado se nos habla aún de cifras y un panorama preocupante, lo cierto es que la vacunación esta haciendo que muchas cosas vuelvan a poder, por lo menos, a celebrarse con ciertas diferencias.

El ayuntamiento y su concejalía de festejos así lo están intentando, y por ello no han querido dejar de seguir publicando el que ya se ha bautizado como el “libro de fiestas”, porque en mis 39 años siempre he escuchado: “ya ha salido el programa”. Y una vez más vuelvo a decir: que hacen bien, porque esta publicación es algo más que un simple programa de festejos y actividades, incluso para algunos su única fuente de datos para descubrir la historia. En fin, pues un año mas he participado en el Programa de Fiestas de las semi-fiestas de 2021. Este año, por lo menos, algo más de actividades se podrán anunciar, aunque no veamos venir a los soldaos llenando el centro de Bailén con los sones de las cornetas y tambores de su banda de guerra un 18 de julio más.

Quien me conoce, sabe lo que me gusta este tipo de estilo musical, más desde que se adaptaron al estilo actual evolucionado por el mundo de la Semana Santa Sevillana. Escuchar marchas de la Tres Caídas de Triana o Las Cigarreras el 20 de julio en la puerta de Piñero tras la Capitana y Generala, es algo que la verdad, pensaba que no vería, y llegó. Antaño sonarían las prestigiosas bandas de música, sobre todo la que dirigía D. Pedro Gámez Laserna, que ojalá, algún día, algunos de estos nuevos desempolvadores de antiguas partituras de Andalucía nos revelasen alguna marcha del maestro de Jódar dedicada a la Virgen de Zocueca que durante tantos años acompañó hasta que se fuera a Sevilla y la Macarena lo hiciese eterno.

Música en las fiestas, música que también viene aportando la banda que por costumbre siempre será la municipal. Son santo y seña de la celebración sus conciertos en la calle Real o acompañamientos con la corporación municipal tocando “Bailén” del maestro Emilio Cebrián, al que por fin se le hizo justicia y se le dio una calle en el pueblo al que dedicó una de las marchas militares más famosas del mundo, o por lo menos en la cultura española. En mi nuevo artículo he hablado de la banda municipal, y termino con un mismo deseo, o más que eso, simplemente informado (más que justificados) de un detalle que no estaría de más (con errata, incluida, es Miguel no Manuel Martínez Plaza), pidiendo si tiene a bien las correspondientes competencias para realizarlo, algún homenaje a uno de los protagonistas del estudio, donde se detalla la importancia que tuvo en el origen musical y su banda en la ciudad de Bailén, D. Miguel Martínez Plaza.

Este año le he dedicado mi atención, por casualidad, a una de las personalidades de la historia de Bailén, un poderoso industrial de origen francés, catalán y madrileño que se afincó en Bailén atraído por la fiebre de la minería del siglo XIX, D. Eduardo Bonaplata y Roura. Una escritura notarial para un préstamo del rico empresario a un grupo de músicos para crear en pleno 1869 una banda filarmónica de música me llevó a buscar el contexto y reescribir desde mi perspectiva el origen de las bandas de música en Bailén. Así podremos conocer a través de una revisión de las fuentes primarias el origen de la banda en 1864, cómo la política afectó en ella con la revolución “La Gloriosa” de septiembre de 1868 en la que fue destituido el primer director de la banda de música de Bailén. Cómo esto lo pudo llevar, arrastrando de un número de sus músicos a crear una banda independiente, una banda filarmónica, pidiéndole prestado a Bonaplata el dinero para adquirir los instrumentos que no se podían permitir comprar visto el oficio de muchos de ellos, simples y humildes trabajadores de la época. Todos los que habían escrito sobre el origen de la banda (Matías de Haro y Paco Linares que me conste) no pudieron decirnos ningún nombre de aquellos primeros músicos, y gracias a este documento conoceremos a algunos de aquellos instrumentistas. Y la historia culminará con una reseña de la vida de Miguel Martínez Plaza, que volvió a dirigirla hasta su muerte e incluso como pudo ser el organista del añorado órgano de la iglesia perdido tras su destrucción (otra vez la política siendo la protagonista de la historia) en 1936. Sirva esta nueva micro-historia local en homenaje de un baezano que dejó su vida en transmitir a Bailén el lenguaje universal más bello de la creación: la música. El artículo como siempre aporta siempre pequeños y a la vez interesantes nuevos datos, nuevas historias dentro la historia, en aquella primera etapa musical bailenense de casi 30 años de camino reflejado en los cambios sociales acontecidos.

En este enlace podrán descargar el artículo en academia.edu.

Aunque aquí también les dejo adjunto el artículo para mayor facilidad de descarga de los usuarios que les interese su lectura.

Para terminar, como siempre por motivos de espacio, me tuve que dejar lo importante, el texto original de donde surge la historia, por ello les dejo la transcripción de la escritura notarial de préstamo y fundación de la Sociedad filarmónica financiada por Eduardo Bonaplata y dirigida por Miguel Martínez Plaza, el maestro de música en el origen de las bandas de música en Bailén… y tal como termino en mi artículo… Bailén le tiene dedicada muchas calles a personajes, circunstancias históricas y lugares que bueno… cada uno le dará el valor a si se lo merecen o no. Por ejemplo, en el mundo de la música está la calle Alfredo Kraus, ¿se la merece? No digo que no, pero seguramente no sabía ni que existía Bailén, pero Miguel Martínez Plaza hizo más por la música y Bailén, dicho queda. Hay que homenajear a los nuestros primero, a los que estuvieron en primera fila en la dura lucha del engrandecimiento de Bailén. Por cierto, hasta el último momento te vas encontrando fallos, y hay una nueva errata. En la nota 14 pone AMD, y debería poner AMB.












ANEXO-TRANSCRIPCIONES

AHPJ, Sección Protocolos notariales Bailén, legajo 23.326, escribano Antonio Morillas, fol. 710r-714v.

“[fol. 710r] Don Miguel Martínez y consortes obligación a don Eduardo Bonaplata

Número ciento cincuenta

En la ciudad de Bailén a treinta y uno de mayo de mil ochocientos sesenta y nueve ante mi Antonio Morillas Notario Público de esta ciudad del colegio de Granada y testigos que se expresarán comparecieron de una parte Don Miguel Martínez Plaza, maestro de música de 24 años de edad de estado soltero; Cristóbal Miguel Pérez, ejercicio [oficio] del campo de 48 años de edad de estado casado. José de Pradas Muñoz, ejercicio cortador de carnes [carnicero] de 25 años de edad de estado casado por sí y en representación de sus hermanos Antonio de Pradas Muñoz, del mismo ejercicio de 22 años de edad de estado soltero, Manuel de Pradas Muñoz, del propio ejercicio y estado de 19 años de edad los cuales están presentes. Francisco Vila Sisternes, ejercicio albardonero de 25 años de edad de estado casado por sí y en representación de José Molino Vila de 18 años de edad, estado soltero ejercicio minero que también está presente. Pedro Arance de Mora, ejercicio corredor de aceite de 40 años de edad de estado casado, en representación de su hijo Miguel Arance Jurado. Pedro Zapata Moreno, ejercicio cortador de carnes de 56 años de edad de estado viudo en representación de su hijo Salvador [Zapata] y de su sobrino Juan Antonio Zapata. Antonio Escalzo de la Torre, ejercicio labrador de 26 años estado casado. Dolores Cabrera Durillo, de estado viuda en representación de sus menores hijos Sebastián y Francisco Roa Cabrera. José Cedrón Carmona, ejercicio cortador de carne de 29 años de edad de estado casado. Francisco Mora García, ejercicio zapatero de estado casado de 35 años de edad en representación de su hijo Felipe de Mora. Juan Álvarez Gallego, ejercicio carpintero de 50 años de edad, estado casado, en representación de sus hijos Antonio y José Álvarez. Dolores Rodríguez Cárdenas, de estado viuda de 40 años de edad como madre tutora y curadora de su menor hijo Juan Puche Rodríguez. Javier Soler Abad, ejercicio minero de 22 años de edad de estado soltero. Juan Molina Comino, ejercicio del campo de 59 años de edad, estado casado en representación de su hijo Rafael Molina. José Barahona Benavente, ejercicio del campo de 42 años de edad, de estado casado en representación de su hijo Tomás Barahona. Antonio Escalzo de la Torre, en representación de Miguel Rodríguez ejercicio Zapatero. Francisco García Villanueva ejercicio pastor de 66 años de edad, estado casado como padre de Juan García Moreno. Francisco García Palomino ejercicio del campo de 50 años de edad, estado casado en representación de su hijo Santiago García, y Juan Beltrán Quero, ejercicio Zapatero de 25 años de edad, de estado casado y de la otra don Eduardo Bonaplata y Roura de Estado Casado propietario de 41 años de edad todos vecinos de esta ciudad de cuya vecindad y ejercicios yo el notario doy fe así como de que aseguran hallarse todos en el pleno goce de los derechos civiles con capacidad legal para otorgar esta escritura de obligación y por  los primeros se expuso: Que deseosos de organizar una Sociedad Filarmónica en esta ciudad faltabales (sic) solo tener instrumentos para el efecto, puesto que ya la mayor parte de los comparecientes habían ejercido y tenían los conocimientos necesarios [fol. 712r] para dedicarse a la música, lo cual no podían hacer por carecer de instrumentos y de medios para obtenerlos; que con este motivo se habían acercado a ver Eduardo Bonaplata para que les facilitase se los fondos necesarios para la compra quien había accedido a su pretensión  dando frente a la fábrica de instrumentos de música de Madrid para que les facilitasen los que fueren necesarios pero antes de esto habrían de otorgar escritura constitutiva de sociedad y obligación de pago de la cantidad que adelantase con este objeto.  Que desde luego habían conferenciado sobre el particular y fijada las condiciones siguientes:

Primera. Todos los comprendidos en esta escritura [fol. 712v] excepto el señor Bonaplata forman Sociedad Filarmónica que dirigirá el profesor don Miguel Martínez Plaza y su duración será por termino indefinido, pero no podrá disolverse hasta pasado tres años que finarán en el día 31 de mayo de 1872 obligándose todos a concurrir diariamente a la Academia para la instrucción y principalmente el maestro Don Miguel Martínez se obliga a no faltar a dicha Academia.

Segunda.  Que todos los componentes y demás que pueda haber se obliguen en la forma más solemne a pagar al Don Eduardo Bonaplata la cantidad que ha de cantase cuyo pago ejecutarán con los productos de la música en el término de los 3 años que quedan Expresadas para cuyo fin todo cuánto se recaudase ingresará en poder del depositario que ese nombre.

Tercera.  Si al vencimiento de los expresados tres [fol. 713r] años no hubiese producido la música lo bastante para el pago al señor Bonaplata de la cantidad que faltare se practicará un prorrateo entre todos los comparecientes y cada cual será obligado a pagar la cantidad que le corresponda más, sin perjuicio el Don Eduardo Bonaplata podrá dirigir su acción contra cualquiera de los otorgantes para el cobro de lo que se le adeude.

Y estando conformes todos los comparecientes en las condiciones que anteceden libre y espontáneamente cada cual en la representación que tiene y por aquellos que puedan nuevamente entrar por quienes prestan causion en forma otorgan:  Que forman la expresada sociedad Filarmónica y se obligan a guardar y cumplir las condiciones que quedan consignadas en esta escritura [fol. 713v] y a pagar al don Eduardo  Bonaplata y Roura la cantidad que adelantase en los términos que quedan consignados en cuyo pago serán puntuales porque no siéndolo quiero ser ejecutados a su cumplimiento.  El don Eduardo Bonaplata y Roura enterado de esta escritura libre y espontáneamente dijo:  La acepta en su favor en todas sus partes.  De común acuerdo señalan esta ciudad para el cumplimiento de este contrato y oír en ella todos los autos y notificaciones a que pueda dar lugar.

Y yo el notario hice saber a los otorgantes que pueden establecer réditos por la cantidad que adelante el señor Bonaplata sin sujeción a tasa legal y enterados manifestaron que en el presente contrato no interviene réditos algunos.  Así lo otorgan y firman [fol. 714r] los que saben y por los que no lo hacen a sus ruegos los testigos que son presentes don Baltasar García y don Juan Cubertas vecinos de esta ciudad los cuales manifestaron no tener impedimento legal para serlo,  a quiénes y otorgantes adverti de su derecho para leer por si está escritura sí oírmela leer y habiendo optado por este último medio lo hice yo el notario en voz clara inteligible y enterados la aprueban y ratifican en todas sus partes de todo lo cual y de que conozco a los otorgantes y  testigos doy fe.

[rúbricas]

Miguel Martínez, José de Pradas, Manuel de Pradas, Gabriel Soler, Juan García, Miguel Arance, Rafael Molina [fol. 714v], Diego García, Cristóbal Miguel Pérez, José Barahona, Sebastián Roa, Manuel Merino, Juan Puche, Juan Álvarez, Juan Beltrán, Francisco Mora, Pedro Arance, Francisco Vila, Juan Huertas. Testigo Baltasar García. Testigo Juan Cubertas.

Ante mi Antonio Morillas

***

AMB, caja 61, Acta 25 de junio de 1864, fol. 54v-55r.

4- Considerando el Ayuntamiento que la importancia de esta ciudad, exige ya la creación de una música marcial,  que   solemnice  las funciones públicas que se celebran y amenice los ratos de distracción y ocio de estos vecinos, acuerda,  autorizar al señor Don Manuel Genaro Rentero,  alcalde presidente de esta municipalidad,  para contratar por 2 años y medio,  que empezarán a contarse desde primero de julio próximo,  a don Miguel Martínez,  vecino de la ciudad de Baeza, como director de dicha orquesta abonándosele  por su servicio diez reales diarios;  siendo de su obligación la enseñanza gratuita de los jóvenes Que se destinen para ella,  y lo demás que se le prescriba en el reglamento que con su acuerdo a de formar dicho señor alcalde,  a fin de que haciéndose mérito de él,  en la escritura que han de otorgar,  pueda exigirse a ambas partes el puntual cumplimiento de dicho contrato”.

***

AMB, caja 29 (desde 20 de junio de 1868 a 25 de diciembre de 1869), Acta 14 de octubre de 1868, fol. 97-97v.

Reunida la junta de gobierno de ella en la sala capitular bajo la presidencia del Sr. D. Francisco de la Chica para tratar de los asuntos concernientes a esta localidad y a el afianzamiento de la causa nacional determinó lo siguiente:

La junta acuerda separar del destino de maestro de la música marcial de esta ciudad a D. Miguel Martínez y nombrar para su desempeño a D. Jorge Touceda, el cual hallándose presente y aceptado el cargo contrato con él el referido servicio bajo las condiciones siguientes:

1ª- Que este contrato ha de durar un año, y no habiendo despedida de una u otra parte con dos meses de anticipación se concederá prorrogado tácitamente por otro año más.

2ª- Que el sueldo que ha de disfrutar en el tiempo que desempeñe dicho destino ha de ser el de un escudo diario pagado por la junta o por la corporación municipal que le sustituya.

3ª- Que ha de ser obligado a enseñar gratuitamente a los jóvenes que deseen ingresar en la música y respondan con su buena conducta a la puntualidad en asistir a los ensayos y a los demás actos que les invite el maestro.

4ª- Será obligación del maestro asistir gratuitamente a las funciones públicas a que sea invitado por la corporación.

5ª- Lo será también a prestar su asistencia a cuantas funciones y actos sea invitado por particulares, erigiéndole en este caso la retribución en que previamente convenga bajo cuyas condiciones queda cerrado este contrato, obligándose tanto la junta como el sor. Touceda a su puntual y exacto cumplimiento en la parte que a cada cual corresponda. Y levanta la sesión la firman los Sres. de la junta e yo su secretario de que certifico. [rúbricas]”