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jueves, 22 de julio de 2021

LA TALLA SACRA EN LA CIUDAD DE BAEZA DURANTE EL SIGLO XVIII (I): DIEGO BRIONES Y JUAN DE ARIAS. Boletín del Instituto de Estudios Gienneneses, nº 223 (2021).


 

Nunca fue un sueño, nunca fue un objetivo, pero lo que si es: una gran satisfacción que mi labor investigadora y divulgadora salga y comience (porque me gustaría repetir más) en la considerada revista cultural de investigación, no sé si con más solera, pero si las más valorada de las que tratan la cultura y la historia en la provincia de Jaén: El Boletín del Instituto de Estudios Gienneses.

Hecho la vista atrás, rumiando las intenciones, el por qué comencé a investigar y a día de hoy no salgo de mi asombro. Solo quería hablar de Semana Santa, quizás contar la de mi pueblo de la que nadie se interesaba. La verdad, no es abundante el interés histórico por mi pueblo, como siempre digo, la historia (como casi todo) nos deja de lado como esas carreteras que siguen siendo nudo de Andalucía, pero donde ya pocos paran.

Este “logro” se lo dedico a los que me insistíais que fuese más allá, a los que no me encasillara, aunque este primer trabajo, tenga muchos matices del sector que a mi más me apasiona y se me da bien, o por lo menos es de lo que más intento aprender. También se lo dedico a los que con vuestras criticas constructivas, a veces dolorosas, a veces entendidas me habéis hecho crecer, y lo que aun me queda por avanzar si algún día la vida me dice para y cambia de camino. Os juro, que estuve algunos meses sin poder enfrentarme al ordenador después de la paliza que me supuso escribir la base de este trabajo.

En mi primera incursión, hablo de arte religioso y de sus artistas. Un buen día investigando cofradías de Bailén me comunicó Juanjo Villar Lijarcio que entre el libro de actas de la cofradía de la Soledad que existe en el Archivo Municipal de Bailén y que yo había fotografiado, había unos apuntes sobre el encargo de una imagen en el siglo XVIII a un tal Francisco Briones. Ahí comenzó este trabajo, de un extenso estudio, ya que esta es la primera parte del artículo.

Como pasa en la actualidad, como no sabia quien era ese Francisco Briones, la primera búsqueda fue por internet, la que me descubrió, que efectivamente, había un escultor dieciochesco en la provincia, de Baeza, llamado así. Incluso me despertó ese interés turístico provincial, llevándome a conocer su retablo de Cabra del Santo Cristo.

El simple interés por encontrar algo más sobre ese encargo de imaginería me llevó al Archivo Municipal de Baeza, que tiene la particularidad (junto a Úbeda) de conservar los protocolos notariales de la ciudad. Allí, con la enorme generosidad y tal vez el mejor trato que he recibido en un archivo (que en casi todos ha sido genial), conocí a su archivera, María José Calvo Rentero, que siempre se prestó con una gran profesionalidad a ayudarme en lo que necesitaba. No encontré nada sobre el apunte del archivo bailenense (tengo la teoría que encargos de imaginería en la provincia de Jaén en aquel periodo, pocos se harían con escritura pública), pero si comencé a encontrar noticias de aquellos Briones que curiosamente no estaban publicadas, con lo que ha sido consultado ese archivo y la de libros que han salido de él, sobre todo por investigadores locales.

Así comenzó una historia que pretendía tan solo utilizar para mi trabajo bailenense, pero que poco a poco fue llenando mi alma de un interés mayor: escribir una monografía sobre los Briones para publicarlo ¿dónde?. El Boletín de IEG, era el lugar idóneo. Y así obré, creé un relato documental de esta familia de tallistas que me llevó a peinar todos los protocolos baezanos que se conservan del siglo XVIII y parte del XIX, y algunos de finales del XVII.

El trabajo comenzó en febrero del 2019 y prácticamente terminó tres años después, aunque en esto nunca se termina. Pero la labor no solo se limitó a Baeza, porque había que seguirles la pista por toda la provincia, sobre todo por el norte para poder presentar lo que Dios mediante será todo el estudio.

Por su amplitud, y las normas del BIEG, tuve que hacerlo en dos partes, y al obrar así, vi que podía ampliar el abanico de posibilidades, y como los Briones no estuvieron solos en Baeza, decidí crear un estudio dedicado a los maestros de la talla establecidos en Baeza durante aquella centuria. Por ello, en esta parte se estudia la figura del patriarca de los Briones, un conquense llamado Diego Briones del que incluso he llegado a encontrar muchos de sus descendientes residentes en mi pueblo (también he terminado por hacerme genealogista), porque creo que se ha demostrado con creces que son introductores principales del apellido en la comarca norte jiennense. De él he elaborado la historia familiar más completa que he podido, he contado lo que sobre él ya se había escrito y se conocía, más las nuevas aportaciones sobre su trabajo que he descubierto como fue su trabajo en el retablo de la Trinitarias de Andújar y el retablo mayor de San Pedro en Torredonjimeno.

En definitiva, en esta primera parte, he intentado divulgar la historia del que sería uno de los principales padres de gran parte del trabajo escultórico jiennense para iglesias y cofradías del XVIII. Porque después vinieron sus hijos, nietos y bisnietos, pero eso será para la segunda parte, Dios mediante. En esta primera parte, también culmino tratando a un maestro tallista y sobre todo yesero de la época del que pude encontrar un contrato de su desaparecido camarín para la Virgen del Alcázar, Patrona de Baeza, para su desaparecida iglesia colegiata. Por ello, decidí incluirlo recopilando lo que sobre él había. Es curioso, los pocos datos o casi nulos de su persona en los archivos baezanos, aunque las fuentes que lo han estudiado nos apunten su naturaleza baezana en sus pocos trabajos documentados. En los protocolos admito que se me ha podido escapar algún dato, pero resulta sorprendente que no los hallara en los padrones de vecinos. Tal vez Juan de Arias fuese el padre de dos niños que fueron bautizados en la iglesia de San Pablo en 1723 y 1724. Así consta de las partidas de bautismo de Juan Antonio, hijo de Juan de Arias y de Francisca Javiera de Higueras, que nació el 15 de enero de 1723 y fue bautizado el día 20 y que vivían en la calle Merced. El 14 de febrero de 1724 nació Isabel María Valentina Javiera, hija también de este Juan de Arias y Francisca Javiera Higueras residentes en la calle Merced, siendo bautizada el día 3 de marzo. Estos datos no aparecen en el artículo, porque lo encontré después de enviarlo al consejo de edición del boletín, pero aprovechado esta entrada, los comparto para su mayor difusión, aunque no podamos certificar que este Juan de Arias se trate de nuestro artista. Por cierto, desde aquí las gracias al párroco de San Pablo de Baeza que me dejó consultar los libros sacramentales de la parroquia, previa autorización del obispado.

Con ello les dejo, si así lo desean este primer trabajo sobre, como siempre digo, la aún muy incompleta historia sobre los maestros tallistas o escultores de los siglos dorados del arte en la provincia de Jaén, al que he añadido, un ramillete de diversas fotografías antiguas, muchas de ellas muy desconocidas para el gran público, tanto de algunos trabajos de los que hablamos como de otros que creo que pudieron salir de las gubias de estos, desde hoy cada vez menos, olvidados “arquitectos de retablos”.

En este enlace podrán descargarlo de Academia.edu. Además, les dejo inserto el pdf para una mayor facilidad de descarga.

lunes, 12 de julio de 2021

LA BANDA MUNICIPAL, D. MIGUEL MARTÍNEZ PLAZA Y UNA ASOCIACIÓN FILARMÓNICA FINANCIADA POR EDUARDO BONAPLATA DURANTE EL “SEXENIO REVOLUCIONARIO” (Programa de fiestas de Bailén 2021).

 




En un nuevo mes de julio, la vida debería, o eso quisiéramos, estar anunciándonos la inminente llegada de las Fiestas de Bailén de 2021. Pero como todos ya sabemos, la pandemia del Coronavirus sigue empeñada en trastocarnos todo lo que nos era cotidiano, y por ello, por segundo año, no tendremos las fiestas como las dejamos en aquel mes de julio de 2019. Aunque por un lado se nos habla aún de cifras y un panorama preocupante, lo cierto es que la vacunación esta haciendo que muchas cosas vuelvan a poder, por lo menos, a celebrarse con ciertas diferencias.

El ayuntamiento y su concejalía de festejos así lo están intentando, y por ello no han querido dejar de seguir publicando el que ya se ha bautizado como el “libro de fiestas”, porque en mis 39 años siempre he escuchado: “ya ha salido el programa”. Y una vez más vuelvo a decir: que hacen bien, porque esta publicación es algo más que un simple programa de festejos y actividades, incluso para algunos su única fuente de datos para descubrir la historia. En fin, pues un año mas he participado en el Programa de Fiestas de las semi-fiestas de 2021. Este año, por lo menos, algo más de actividades se podrán anunciar, aunque no veamos venir a los soldaos llenando el centro de Bailén con los sones de las cornetas y tambores de su banda de guerra un 18 de julio más.

Quien me conoce, sabe lo que me gusta este tipo de estilo musical, más desde que se adaptaron al estilo actual evolucionado por el mundo de la Semana Santa Sevillana. Escuchar marchas de la Tres Caídas de Triana o Las Cigarreras el 20 de julio en la puerta de Piñero tras la Capitana y Generala, es algo que la verdad, pensaba que no vería, y llegó. Antaño sonarían las prestigiosas bandas de música, sobre todo la que dirigía D. Pedro Gámez Laserna, que ojalá, algún día, algunos de estos nuevos desempolvadores de antiguas partituras de Andalucía nos revelasen alguna marcha del maestro de Jódar dedicada a la Virgen de Zocueca que durante tantos años acompañó hasta que se fuera a Sevilla y la Macarena lo hiciese eterno.

Música en las fiestas, música que también viene aportando la banda que por costumbre siempre será la municipal. Son santo y seña de la celebración sus conciertos en la calle Real o acompañamientos con la corporación municipal tocando “Bailén” del maestro Emilio Cebrián, al que por fin se le hizo justicia y se le dio una calle en el pueblo al que dedicó una de las marchas militares más famosas del mundo, o por lo menos en la cultura española. En mi nuevo artículo he hablado de la banda municipal, y termino con un mismo deseo, o más que eso, simplemente informado (más que justificados) de un detalle que no estaría de más (con errata, incluida, es Miguel no Manuel Martínez Plaza), pidiendo si tiene a bien las correspondientes competencias para realizarlo, algún homenaje a uno de los protagonistas del estudio, donde se detalla la importancia que tuvo en el origen musical y su banda en la ciudad de Bailén, D. Miguel Martínez Plaza.

Este año le he dedicado mi atención, por casualidad, a una de las personalidades de la historia de Bailén, un poderoso industrial de origen francés, catalán y madrileño que se afincó en Bailén atraído por la fiebre de la minería del siglo XIX, D. Eduardo Bonaplata y Roura. Una escritura notarial para un préstamo del rico empresario a un grupo de músicos para crear en pleno 1869 una banda filarmónica de música me llevó a buscar el contexto y reescribir desde mi perspectiva el origen de las bandas de música en Bailén. Así podremos conocer a través de una revisión de las fuentes primarias el origen de la banda en 1864, cómo la política afectó en ella con la revolución “La Gloriosa” de septiembre de 1868 en la que fue destituido el primer director de la banda de música de Bailén. Cómo esto lo pudo llevar, arrastrando de un número de sus músicos a crear una banda independiente, una banda filarmónica, pidiéndole prestado a Bonaplata el dinero para adquirir los instrumentos que no se podían permitir comprar visto el oficio de muchos de ellos, simples y humildes trabajadores de la época. Todos los que habían escrito sobre el origen de la banda (Matías de Haro y Paco Linares que me conste) no pudieron decirnos ningún nombre de aquellos primeros músicos, y gracias a este documento conoceremos a algunos de aquellos instrumentistas. Y la historia culminará con una reseña de la vida de Miguel Martínez Plaza, que volvió a dirigirla hasta su muerte e incluso como pudo ser el organista del añorado órgano de la iglesia perdido tras su destrucción (otra vez la política siendo la protagonista de la historia) en 1936. Sirva esta nueva micro-historia local en homenaje de un baezano que dejó su vida en transmitir a Bailén el lenguaje universal más bello de la creación: la música. El artículo como siempre aporta siempre pequeños y a la vez interesantes nuevos datos, nuevas historias dentro la historia, en aquella primera etapa musical bailenense de casi 30 años de camino reflejado en los cambios sociales acontecidos.

En este enlace podrán descargar el artículo en academia.edu.

Aunque aquí también les dejo adjunto el artículo para mayor facilidad de descarga de los usuarios que les interese su lectura.

Para terminar, como siempre por motivos de espacio, me tuve que dejar lo importante, el texto original de donde surge la historia, por ello les dejo la transcripción de la escritura notarial de préstamo y fundación de la Sociedad filarmónica financiada por Eduardo Bonaplata y dirigida por Miguel Martínez Plaza, el maestro de música en el origen de las bandas de música en Bailén… y tal como termino en mi artículo… Bailén le tiene dedicada muchas calles a personajes, circunstancias históricas y lugares que bueno… cada uno le dará el valor a si se lo merecen o no. Por ejemplo, en el mundo de la música está la calle Alfredo Kraus, ¿se la merece? No digo que no, pero seguramente no sabía ni que existía Bailén, pero Miguel Martínez Plaza hizo más por la música y Bailén, dicho queda. Hay que homenajear a los nuestros primero, a los que estuvieron en primera fila en la dura lucha del engrandecimiento de Bailén. Por cierto, hasta el último momento te vas encontrando fallos, y hay una nueva errata. En la nota 14 pone AMD, y debería poner AMB.












ANEXO-TRANSCRIPCIONES

AHPJ, Sección Protocolos notariales Bailén, legajo 23.326, escribano Antonio Morillas, fol. 710r-714v.

“[fol. 710r] Don Miguel Martínez y consortes obligación a don Eduardo Bonaplata

Número ciento cincuenta

En la ciudad de Bailén a treinta y uno de mayo de mil ochocientos sesenta y nueve ante mi Antonio Morillas Notario Público de esta ciudad del colegio de Granada y testigos que se expresarán comparecieron de una parte Don Miguel Martínez Plaza, maestro de música de 24 años de edad de estado soltero; Cristóbal Miguel Pérez, ejercicio [oficio] del campo de 48 años de edad de estado casado. José de Pradas Muñoz, ejercicio cortador de carnes [carnicero] de 25 años de edad de estado casado por sí y en representación de sus hermanos Antonio de Pradas Muñoz, del mismo ejercicio de 22 años de edad de estado soltero, Manuel de Pradas Muñoz, del propio ejercicio y estado de 19 años de edad los cuales están presentes. Francisco Vila Sisternes, ejercicio albardonero de 25 años de edad de estado casado por sí y en representación de José Molino Vila de 18 años de edad, estado soltero ejercicio minero que también está presente. Pedro Arance de Mora, ejercicio corredor de aceite de 40 años de edad de estado casado, en representación de su hijo Miguel Arance Jurado. Pedro Zapata Moreno, ejercicio cortador de carnes de 56 años de edad de estado viudo en representación de su hijo Salvador [Zapata] y de su sobrino Juan Antonio Zapata. Antonio Escalzo de la Torre, ejercicio labrador de 26 años estado casado. Dolores Cabrera Durillo, de estado viuda en representación de sus menores hijos Sebastián y Francisco Roa Cabrera. José Cedrón Carmona, ejercicio cortador de carne de 29 años de edad de estado casado. Francisco Mora García, ejercicio zapatero de estado casado de 35 años de edad en representación de su hijo Felipe de Mora. Juan Álvarez Gallego, ejercicio carpintero de 50 años de edad, estado casado, en representación de sus hijos Antonio y José Álvarez. Dolores Rodríguez Cárdenas, de estado viuda de 40 años de edad como madre tutora y curadora de su menor hijo Juan Puche Rodríguez. Javier Soler Abad, ejercicio minero de 22 años de edad de estado soltero. Juan Molina Comino, ejercicio del campo de 59 años de edad, estado casado en representación de su hijo Rafael Molina. José Barahona Benavente, ejercicio del campo de 42 años de edad, de estado casado en representación de su hijo Tomás Barahona. Antonio Escalzo de la Torre, en representación de Miguel Rodríguez ejercicio Zapatero. Francisco García Villanueva ejercicio pastor de 66 años de edad, estado casado como padre de Juan García Moreno. Francisco García Palomino ejercicio del campo de 50 años de edad, estado casado en representación de su hijo Santiago García, y Juan Beltrán Quero, ejercicio Zapatero de 25 años de edad, de estado casado y de la otra don Eduardo Bonaplata y Roura de Estado Casado propietario de 41 años de edad todos vecinos de esta ciudad de cuya vecindad y ejercicios yo el notario doy fe así como de que aseguran hallarse todos en el pleno goce de los derechos civiles con capacidad legal para otorgar esta escritura de obligación y por  los primeros se expuso: Que deseosos de organizar una Sociedad Filarmónica en esta ciudad faltabales (sic) solo tener instrumentos para el efecto, puesto que ya la mayor parte de los comparecientes habían ejercido y tenían los conocimientos necesarios [fol. 712r] para dedicarse a la música, lo cual no podían hacer por carecer de instrumentos y de medios para obtenerlos; que con este motivo se habían acercado a ver Eduardo Bonaplata para que les facilitase se los fondos necesarios para la compra quien había accedido a su pretensión  dando frente a la fábrica de instrumentos de música de Madrid para que les facilitasen los que fueren necesarios pero antes de esto habrían de otorgar escritura constitutiva de sociedad y obligación de pago de la cantidad que adelantase con este objeto.  Que desde luego habían conferenciado sobre el particular y fijada las condiciones siguientes:

Primera. Todos los comprendidos en esta escritura [fol. 712v] excepto el señor Bonaplata forman Sociedad Filarmónica que dirigirá el profesor don Miguel Martínez Plaza y su duración será por termino indefinido, pero no podrá disolverse hasta pasado tres años que finarán en el día 31 de mayo de 1872 obligándose todos a concurrir diariamente a la Academia para la instrucción y principalmente el maestro Don Miguel Martínez se obliga a no faltar a dicha Academia.

Segunda.  Que todos los componentes y demás que pueda haber se obliguen en la forma más solemne a pagar al Don Eduardo Bonaplata la cantidad que ha de cantase cuyo pago ejecutarán con los productos de la música en el término de los 3 años que quedan Expresadas para cuyo fin todo cuánto se recaudase ingresará en poder del depositario que ese nombre.

Tercera.  Si al vencimiento de los expresados tres [fol. 713r] años no hubiese producido la música lo bastante para el pago al señor Bonaplata de la cantidad que faltare se practicará un prorrateo entre todos los comparecientes y cada cual será obligado a pagar la cantidad que le corresponda más, sin perjuicio el Don Eduardo Bonaplata podrá dirigir su acción contra cualquiera de los otorgantes para el cobro de lo que se le adeude.

Y estando conformes todos los comparecientes en las condiciones que anteceden libre y espontáneamente cada cual en la representación que tiene y por aquellos que puedan nuevamente entrar por quienes prestan causion en forma otorgan:  Que forman la expresada sociedad Filarmónica y se obligan a guardar y cumplir las condiciones que quedan consignadas en esta escritura [fol. 713v] y a pagar al don Eduardo  Bonaplata y Roura la cantidad que adelantase en los términos que quedan consignados en cuyo pago serán puntuales porque no siéndolo quiero ser ejecutados a su cumplimiento.  El don Eduardo Bonaplata y Roura enterado de esta escritura libre y espontáneamente dijo:  La acepta en su favor en todas sus partes.  De común acuerdo señalan esta ciudad para el cumplimiento de este contrato y oír en ella todos los autos y notificaciones a que pueda dar lugar.

Y yo el notario hice saber a los otorgantes que pueden establecer réditos por la cantidad que adelante el señor Bonaplata sin sujeción a tasa legal y enterados manifestaron que en el presente contrato no interviene réditos algunos.  Así lo otorgan y firman [fol. 714r] los que saben y por los que no lo hacen a sus ruegos los testigos que son presentes don Baltasar García y don Juan Cubertas vecinos de esta ciudad los cuales manifestaron no tener impedimento legal para serlo,  a quiénes y otorgantes adverti de su derecho para leer por si está escritura sí oírmela leer y habiendo optado por este último medio lo hice yo el notario en voz clara inteligible y enterados la aprueban y ratifican en todas sus partes de todo lo cual y de que conozco a los otorgantes y  testigos doy fe.

[rúbricas]

Miguel Martínez, José de Pradas, Manuel de Pradas, Gabriel Soler, Juan García, Miguel Arance, Rafael Molina [fol. 714v], Diego García, Cristóbal Miguel Pérez, José Barahona, Sebastián Roa, Manuel Merino, Juan Puche, Juan Álvarez, Juan Beltrán, Francisco Mora, Pedro Arance, Francisco Vila, Juan Huertas. Testigo Baltasar García. Testigo Juan Cubertas.

Ante mi Antonio Morillas

***

AMB, caja 61, Acta 25 de junio de 1864, fol. 54v-55r.

4- Considerando el Ayuntamiento que la importancia de esta ciudad, exige ya la creación de una música marcial,  que   solemnice  las funciones públicas que se celebran y amenice los ratos de distracción y ocio de estos vecinos, acuerda,  autorizar al señor Don Manuel Genaro Rentero,  alcalde presidente de esta municipalidad,  para contratar por 2 años y medio,  que empezarán a contarse desde primero de julio próximo,  a don Miguel Martínez,  vecino de la ciudad de Baeza, como director de dicha orquesta abonándosele  por su servicio diez reales diarios;  siendo de su obligación la enseñanza gratuita de los jóvenes Que se destinen para ella,  y lo demás que se le prescriba en el reglamento que con su acuerdo a de formar dicho señor alcalde,  a fin de que haciéndose mérito de él,  en la escritura que han de otorgar,  pueda exigirse a ambas partes el puntual cumplimiento de dicho contrato”.

***

AMB, caja 29 (desde 20 de junio de 1868 a 25 de diciembre de 1869), Acta 14 de octubre de 1868, fol. 97-97v.

Reunida la junta de gobierno de ella en la sala capitular bajo la presidencia del Sr. D. Francisco de la Chica para tratar de los asuntos concernientes a esta localidad y a el afianzamiento de la causa nacional determinó lo siguiente:

La junta acuerda separar del destino de maestro de la música marcial de esta ciudad a D. Miguel Martínez y nombrar para su desempeño a D. Jorge Touceda, el cual hallándose presente y aceptado el cargo contrato con él el referido servicio bajo las condiciones siguientes:

1ª- Que este contrato ha de durar un año, y no habiendo despedida de una u otra parte con dos meses de anticipación se concederá prorrogado tácitamente por otro año más.

2ª- Que el sueldo que ha de disfrutar en el tiempo que desempeñe dicho destino ha de ser el de un escudo diario pagado por la junta o por la corporación municipal que le sustituya.

3ª- Que ha de ser obligado a enseñar gratuitamente a los jóvenes que deseen ingresar en la música y respondan con su buena conducta a la puntualidad en asistir a los ensayos y a los demás actos que les invite el maestro.

4ª- Será obligación del maestro asistir gratuitamente a las funciones públicas a que sea invitado por la corporación.

5ª- Lo será también a prestar su asistencia a cuantas funciones y actos sea invitado por particulares, erigiéndole en este caso la retribución en que previamente convenga bajo cuyas condiciones queda cerrado este contrato, obligándose tanto la junta como el sor. Touceda a su puntual y exacto cumplimiento en la parte que a cada cual corresponda. Y levanta la sesión la firman los Sres. de la junta e yo su secretario de que certifico. [rúbricas]”

 

lunes, 5 de julio de 2021

PABLO DE OLAVIDE Y BAILÉN



 

Tal día como hoy, pero del año 1767 quedó aprobado el Fuero de las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena en tiempos de Carlos III. Gracias a esto, nacieron pueblos como La Carolina, Santa Elena, Carboneros, Guarromán (me gustaba más Guadarromán) o el Rumblar (entre otros), convirtiendo nuestro Santuario de Zocueca en su parroquia. Aquella empresa fue encomendada a D. Pablo de Olavide y Jauregui que fue el superintendente. De él nos contó el que fuese cronista oficial de Aldeaquemada, Carlos Sánchez-Batalla Martínez, que aquella empresa comenzó a forjarse en Bailén gracias a una serie de misivas escritas durante su estancia en esta villa, donde paró en su viaje hacia Sevilla donde iba a tomar posesión de su cargo como Asistente de la capital hispalense. El 18 de agosto de 1767 decidió comenzar la empresa en el convento de La Peñuela, un edificio religioso que se encontraba en despoblado donde hoy se levanta la ciudad de La Carolina. Estuvo en Bailén tres días donde envió 10 cartas que testimonian que en esta ciudad se comenzó a hacer realidad aquella ambiciosa colonización.

Tras una intensa vida azarosa, Pablo de Olavide pasará sus últimos días en Baeza de donde era su esposa Dª. Isabel de los Ríos, con la que no tuvo hijos. Pero allí vivieron los herederos de su patrimonio: Dª Tomasa de Arellano y Olavide, esposa del marqués de San Miguel de la Vega, D. Pedro Tomás de Acuña. Tomasa de Arellano dejó como universales herederos a sus sobrinos José María de Arellano y Eraso y Dª. María Romana de Arroquia y Olavide, que se casarían en 1806. Una de las hijas de este matrimonio fue Dª Teresa Arellano Arroquia que se casó con un importante terrateniente de Bailén, D. Pedro Soriano Marañón. Del matrimonio nació Bartolomé y Mariana Soriano Arellano, importantes propietarios de Bailén hasta comienzos del siglo XX donde ambos mueren sin descendencia directa.

Aunque hemos publicado que ambos fueron los últimos del linaje heredero del legado de Olavide, es algo que no podemos certificar porque en los testamentos de ambos hermanos se citan primos por parte de madre aun vivos en Rus, que habría que investigar, pero ese no es nuestro cometido.



Es curioso, que Bartolomé Soriano Arellano donó poco tiempo antes de quitarse la vida en 1907 al ayuntamiento de La Carolina importantes bienes heredados de sus ancestros pertenecientes a Olavide. Le dejó a la antigua capital de las Nuevas Poblaciones documentación de gran importancia y sobre todo el retrato más famoso que existe del superintendente, el que se tuvo que traer su madre Teresa Arellano a Bailén tras casarse con Pedro Soriano y que se custodió en su gran casona de la calle Real, el actual colegio Sagrado Corazón, timbrando aún su fachada el hidalgo escudo de los Soriano Aguilar.

Aunque he consultado multitud de documentos sobre la familia en Bailén, nunca había encontrado una referencia al legado de Olavide. Con todo esto, en conmemoración de esta fecha, tan solo quería aportar el hasta ahora único dato que me he encontrado de la pertenencia del cuadro a los antepasados de Bartolomé Soriano Arellano, como es la escritura e inventario de los bienes quedados a la muerte de su abuelo José Arellano otorgado en Baeza el 2 de mayo de 1860. En los primeros registros aportan sus bienes decorativos como eran sus cuadros, religiosos y familiares donde se destaca con el numero 7 “un retrato de D. Pablo en ciento veinte reales. 120”. Gracias a este documento también sabemos que existió un cuadro de Isabel de los Ríos, su mujer, del que desconocemos su paradero y si se conserva en la actualidad. Con el numero 10 figura en el inventario: “otro id. de la esposa de Olavide en treinta reales. 30”. Además, dejaba a sus herederos un cuadro del marqués de San Miguel, otro de D. Pablo Urbina y otro que cita como “de la madre de Urbina”, también señalan otro del presbítero francés que acompañó a Olavide; Antonie Reinard.