Esta cuaresma va estar repleta de
nuevos trabajos históricos sobre cofradías. También ha salido a la luz el boletín
“Calvario” de la antigua Congregación del Santo Sepulcro de Jaén, poseedora sin
lugar a dudas de varias de las imágenes más significativas de la ciudad, tanto
por su valor histórico-artístico como por la devoción de siglos que se incrustan
por las policromías de sus tallas. Unas imágenes que a Dios gracias se salvaron
de la quema de las avalanchas iconoclastas que se dibujaron en los bandos republicanos
durante la Guerra Civil Española (1936-1939).
En este trabajo hemos pretendido
divulgar una página de la historia de aquel periodo sobre el salvamento de las imágenes
y su correspondiente devolución por parte de la Junta de Incautación y protección
del tesoro artístico en la provincia de Jaén. Utilizando el fondo guardado en
el Archivo Histórico Provincial de Jaén, y como ya hicimos en su día con el patrimonio
referente a la ciudad de Bailén, en este caso tan solo pretendemos divulgar (aunque
intentando contextualizar con bibliografía) la documentación generada para el
salvamento de las imágenes de la cofradía y algunos objetos más de su parroquia
de San Juan, donde otras tantísimas obras de arte no corrieron la suerte de
estas imágenes.
Tan solo reseñar que en el
montaje de imprenta no ha salido bien reflejado las notas bibliográficas y las
fuentes de archivo, por lo que pudiera resultar extraño la comprensión del artículo
y sobre todo donde deberían ir señaladas las referencias utilizadas para la elaboración
del artículo.
Para leer y descargar el artículo
en academia.edu. pinchen aquí.
Asimismo, les dejo en el blog el
texto acompañado de una hermosa fotografía de la Virgen de los Dolores que abrió
el Diario Jaén del día 14 de abril de 1949.
La
Junta de Incautación y Protección del Tesoro Artístico en Jaén.
Documentos
para la salvaguarda de las imágenes de la Congregación del Santo Sepulcro y
demás bienes de la iglesia de San Juan (1936-1943).
A pesar de la rápida y
devastadora destrucción desatada por las milicias revolucionarias tras el golpe
de estado del 18 de julio de 1936 contra el patrimonio artístico religioso en
el inicio de la Guerra Civil Española (1936-1939), muchas autoridades, intelectuales
y funcionarios de la República, aun siendo una minoría desbordada por los
acontecimientos, se movilizaron para minimizar las pérdidas y expolios. En la
zona republicana rápidamente se creó de urgencia una Junta de Incautación y Protección
del Tesoro Artístico que lideró a diferentes juntas delegadas de ámbito local y
provincial con amplias facultades para intervenir sobre los objetos de arte o
históricos con el único objetico de la salvaguarda evitando su destrucción y
desaparición, tantos de los ataques vandálicos como de los bombardeos de ambos frentes.
A partir de abril de 1937 las
políticas gubernamentales en materia de defensa y protección del patrimonio se
consolidaron con una reforzada Junta Central del Tesoro Artístico, que
consiguió que se salvaran una ingente cantidad de obras de arte, trasladándolas
en muchos casos a grandes depósitos allá donde se iba trasladando las sedes del
gobierno republicano como Valencia, después a Cataluña e incluso fuera de
España, en Ginebra, en la sede de la Sociedad de Naciones.
Una vez finalizada la guerra,
todas las colecciones y obras de arte almacenadas o evacuadas por el gobierno
de la II República pudieron ser recuperadas por el nuevo gobierno de Franco,
más concretamente por el organismo «equivalente» creado en el bando
nacional. Creado durante la guerra por decreto de 22 de abril de 1938 del
Ministerio de Educación Nacional nació el Servicio de Defensa del Patrimonio
Artístico Nacional con el propósito o necesidad de recuperar y devolver todo el
patrimonio que había sido salvaguardado de los avatares de la guerra.
La nueva Comisaría General del Servicio de Defensa del Patrimonio
Artístico Nacional, a la que quedó adscrito el “Servicio de Recuperación
Artística” (1937-1943), fue el órgano que gestionó la devolución de todos estos
bienes a sus legítimos propietarios. Las primeras actuaciones realizadas en
Jaén en materia de incautación, salvamento y protección del patrimonio
artístico durante los meses de agosto y septiembre de 1936 fueron impulsadas
por Isaac Usano Massot, a la sazón Director del Museo y Delegado de Bellas Artes
en la provincia.
Realmente, la
Junta de Defensa del Tesoro Artístico de Jaén tiene su origen en los
funcionarios del Museo Provincial de Bellas Artes (refundado en 1914) y los
profesores de la Escuela de Artes y Oficios, a los que se sumaron
esporádicamente otros personajes con inquietudes culturales y artísticas,
formándose un activo grupo conservacionista bastante reconocible en la capital
a lo largo de toda la guerra: Isaac Usano Massot, Luis Espinar Barranco, Antonio
de la Cuadra y Cuadra, Enrique Cañada Pérez, Julio Polo Martínez, Juan
Francisco Arroquia Herrera, Luis Berges Martínez, Fernando Fernández Loayas,
Luis Buendía Ruiz, Clemente Alonso Díaz y Ramón Matheu Montesinos. Eran intelectuales, aunque
no hay que obviar la condición de cofrades de muchos de ellos, algunos incluso
gobernadores de sus cofradías en aquel momento, como Antonio de la Cuadra y de
la Cuadra, personaje de crucial
importancia de este periodo que siendo gobernador de la Vera Cruz vivió como
las imágenes principales de su cofradía perecieron en los ataques iconoclastas.
Reforzada su labor a partir de la primavera de 1937, la
nueva Junta de la provincia de Jaén llegó a controlar hasta cinco depósitos de
concentración de obras de arte en Jaén capital: el Convento de las Carmelitas
Descalzas, el Convento de las Bernardas, la Santa Capilla de San Andrés, la Catedral
de Jaén y el propio Museo de Bellas Artes, por entonces situado en los sótanos
del Palacio de la Diputación Provincial.
Tras esta contextualización histórica pretendemos divulgar
algunos de los documentos que generaron estas instituciones tanto para la
incautación para salvaguarda de los bienes de carácter histórico-artístico como
de su devolución por el nuevo gobierno del Régimen Franquista. Entre los
expedientes sobresalen las actas, cartas o inventarios custodiados en el
Archivo Histórico Provincial de Jaén (AHPJ), aunque también se conserva
documentación en el Archivo del Museo Provincial entre otros o incluso la misma
prensa en aquellos complicados años de la posguerra. En este caso trataremos
los referentes a las imágenes de la congregación del Santo Sepulcro o como la citan,
“la cofradía de la Virgen de los Dolores” y la iglesia de San Juan de la
que solo se conserva el acta de devolución.
El fondo del AHPJ denominado “Delegación Servicio de Defensa
del Patrimonio Artístico Nacional (SDPAN) “Actas de
devolución de bienes incautados 1939-1953”, contiene alrededor de 115
carpetas numeradas con los distintos expedientes generados en el salvamento y
devolución de los distintos bienes patrimoniales e históricos que se pudieron preservar
en toda la provincia.
La documentación más exhaustiva en referencia a la parroquia
de San Juan se guarda en dos carpetas con la numeración nº 15, estando uno de
los expedientes guardado en un sobre oficial del Museo Provincial de Bellas Artes
de Jaén identificado con el texto “Jaén. Parroquia de S. Juan” escrito a
mano.
Normalmente suelen contener dos documentos imprescindibles,
el acta e inventario de la incautación durante el periodo de guerra y la
devolución tras su finalización. Durante estos procedimientos solían realizar
un acta por triplicado, conteniendo el expediente
relativo a la iglesia de San Juan tan solo dos copias del acta-inventario de
devolución.
Consultando la bibliografía sobre este episodio en la
historia pensamos que los sucesos de salvaguarda de la iglesia de San Juan
provocaron que tal vez no se generase ninguna incautación “pacífica” como
pudieron ser otras. Según Manuel López Pérez en su monográfico sobre la
cofradía nos habla de un contexto social complicado donde se situaba la iglesia
de San Juan, situada “en una zona eminentemente obrera y bastante
radicalizada”, lo que llenaba a la cofradía de los peores temores que
finalmente vinieron a confirmarse. La iglesia fue incautada por el Frente
Popular instalándose en la Torre del Concejo una emisora de “Radio telégrafos”.
El miedo a que se profanasen las imágenes hizo que D. Andrés Álvarez Rubira
ocultara en su domicilio las piezas más significativas del ajuar de la Virgen
de los Dolores.
Finalmente, en septiembre de 1936 la iglesia fue asaltada y
su patrimonio apilado en la misma plaza de San Juan esperando que lo consumiera
una enorme hoguera. Es incalculable el valor de las pérdidas materiales y sentimentales
que ardieron del patrimonio de la iglesia de San Juan. Pero en una de aquellas
tantas acciones que nos han narrado nuestros abuelos que rozan la leyenda que
podríamos tildar de “heroicas”, se pudieron rescatar las imágenes y urna del Santo
Sepulcro de la pila gracias a que algunos de los cofrades eran miembros de la
Junta de Protección del Tesoro Artístico. Pero aquellas personas parece que
tuvieron que actuar de forma distinta a los procedimientos normales de la
institución, enfrentándose al peligro de salvar su propia integridad. No hubo
en San Juan una pacifica retirada de bienes sino más bien un auténtico
simulacro teatral en que accionaron la sirena instalada en la torre de la
iglesia simulando una alerta área de un posible bombardeo provocando
intencionadamente con ello el temor con vivos gritos de alerta para que todo el
mundo buscase inmediatamente el cercano refugio antiaéreo de la Guerra Civil.
Conseguido su objetivo acercaron un camión a la pila de
imágenes, retablos, cuadros o papeles del archivo y recogieron las imágenes de la
cofradía depositándolas en la batea del camión que las trasladó al almacén
instalado en el convento de Las Bernardas. A propósito de este dato, las
imágenes no figuran en el inventario de Las Bernardas confeccionando en 1938. La imagen de la Ntra.
Sra. de los Dolores (entonces la única dolorosa de la cofradía) fue salvada por
el fabricano D. Juan Luis Torres Olivera, vecino muy popular del barrio que
consiguió recuperar el busto de la Virgen ocultándola hasta que D. Antonio Delgado
Anguita la recogió. Durante la guerra el busto y el manto se guardaron en la
casa de Dª. Amparo Berro Gámez, viuda del notario D. Antonio Aponte del Valle,
en el nº 30 de la calle Martínez Molina.
La cofradía pudo salvar su patrimonio material más preciado,
pero no así el humano, perdiendo la vida varios de sus más significativos
dirigentes. En la tarde del 29 de marzo de 1939 entraban en Jaén las tropas del
Cuerpo del Ejército de Córdoba, dando por finalizada la guerra, a tan solo
pocos días del primer Domingo de Ramos (2 de abril) donde podría volver la Semana
Santa a Jaén. El 4 de abril, Martes Santo se volvieron a reunir los cofrades
para analizar la situación y dieron por imposible poder salir aquella Semana Santa,
decidiendo tan solo asistir corporativamente a las procesiones que saliesen (Expiración,
Jesús Nazareno y Soledad) y realizar un Vía Crucis público el Viernes Santo que
salió desde las mismas Bernardas hasta subir a la ermita del Calvario,
desconociendo si utilizaron sus imágenes.
Lo cierto, según el documento objeto de este estudio que
pretendemos divulgar es que las imágenes fueron devueltas a la cofradía el 20
de mayo de 1939, siendo de las primeras devoluciones acometidas por el SDPAN. Reunidos en la comisaria de la 7ª zona con su
apoderado D. Luis Berges se personaron tanto el párroco de San Pedro D.
José Sérvulo (la iglesia de San Juan era sede de la parroquia de San Pedro) y
el gobernador de la cofradía D. Rafael Molina para solicitar los bienes que
tenían incautada la antigua Junta del Tesoro Artístico, o más bien reconvertida
ahora en la encargada de devolver el patrimonio que prácticamente ellos
salvaron.
Analizando el inventario que
adjuntaron en el acta nos surgen varias dudas si en realidad existió una
incautación formal en lugar de la historia narrada con tintes novelescos. Porque
si salvaron a prisa y corriendo, engañando a toda persona que por la collación
de San Juan anduviera para que se escondieran y poder salvar lo más veloz
posible las imágenes, nos sorprende que luego reclamasen en el inventario gran
cantidad de candelabros, faroles, coronas, ropas sacerdotales y demás alhajas
que podrán comprobar en la transcripción anexa adjunta.
Simplemente podemos pensar que en
la sustracción de la pila de objetos dio tiempo a coger muchas más cosas o que en
realidad sí hubo una incautación pacífica de la que desconocemos si existe su
acta correspondiente, que solo podríamos cerciorar en un fondo documental diferente
de estas instituciones en otros archivos, por lo que tan solo exponemos lo que
este fondo del AHPJ conserva sobre los bienes devueltos de la iglesia de San Juan
(que la citan como de San pedro).
Como podemos extraer del
documento citan al Cristo del Calvario probablemente en su estado de Cristo Yacente,
sin la cruz, como se disponía en la procesión hasta que el imaginero Juan
Abascal Fuentes le eliminó en 1965 las bisagras de las axilas y lo dejó como
sempiterno crucificado. Con el nº 14 figura en el inventario junto a la urna
barroca. Con el nº 15 figuran los dos ladrones del misterio en cruces de dos
metros y con el nº 16 la imagen de San Juan Evangelista. Sobre el resto de
objetos, observamos como se refieren a mantos y “cenefas” de los que incluso
dudan a quien pertenezcan. No deberíamos descartar que en estas devoluciones
muchos de esos objetos ni perteneciesen a las iglesias e instituciones que se
las llevase. De hecho, para 1946 se publicó en el Boletín Oficial de la Diócesis
de Jaén
anuncios de mantos, delantales, casullas, túnicas de nazareno y estandartes que
nadie reclamaba y de la que se desconocían sus procedencias. En el acta se
añade escrito a mano con lápiz que faltaba la imagen de la virgen pero que ya había sido devuelta. Como hemos
narrado, la dolorosa fue salvada por los mismos hermanos, aunque una versión
cuenta que ellos mismos la guardaron y otra que fue entregada también al SDPAN en el museo.
Como la iglesia de San Juan se
encontraba en un deprimente estado, cofradía y parroquia se instalaron
provisionalmente en la cercana iglesia de La Visitacion, sita en el palacio de
Villardompardo, donde el 7 de mayo reiniciaron formalmente la cofradía
volviendo a las calles de Jaén en la Semana Santa de 1940. En junta general del
25 de febrero de 1940, en la sacristía de la iglesia de la Visitacion se
nombraron cofrades de honor a los Sres. D. Antonio Delgado Anguita y D. Enrique
Cañada Pérez (miembros del SDPAN) por la recuperación de todas las imágenes
y enseres de la cofradía.
Anexo-transcripción
“En la ciudad de Jaén a veinte
de mayo de mil novecientos treinta y nueve, año de la victoria comparecen en la
Oficina de la Comisaria de la 7ª zona del Servicio de Defensa del Patrimonio
Artístico Nacional ante mi Luis Berges Martínez, apoderado de la misma para
Jaén y su provincia, los señores D. José Sérvulo González
Molina cura encargado de la parroquia de San Pedro y D.
Rafael Molina gobernador de la cofradía de la Virgen de los Dolores, los
cuales solicitan la devolución de los objetos propiedad de la parroquia y
cofradía respectivamente, que fueron incautados por la extinguida Junta
Delegada Provincial del Tesoro Artístico, los que según la documentación de la
mencionada extinguida entidad son:
1.-
|
54 candelabros de metal.
|
2.-
|
14 faroles para acompañar el Stmo.
|
3.-
|
5 coronas de metal.
|
4.-
|
11 medias lunas para imágenes.
|
5.-
|
4 varas insignia de párroco.
|
6.-
|
3 lámparas.
|
7.-
|
4 cruces de metal.
|
8.-
|
Una campanita de metal.
|
9.-
|
Dos cajas con tulipas de cristal.
|
10.-
|
Un cajón con fornitura varia.
|
11.-
|
Un cuadro de Jesús nazareno de 150 por 110 ctms.
|
12.-
|
Tres cuadros “Stma. Trinidad” con medida aproximada 170 por 105ctms.
|
13.-
|
Un cuadro de S. Miguel de 170 por 90 ctms.
|
14.-
|
Un sepulcro con imagen. (escultura en madera y decoración en oro).
|
15.-
|
Dos cruces de 2 mts. Que soportan las imágenes del buen y el mal
ladrón.
|
16.-
|
Escultura policromada de S. Juan.
|
17.-
|
34 casullas de diferentes colores. Algunas descosidas y otras sin
forro.
|
18.-
|
16 estolas
id. id.
|
19.-
|
18 manípulos
id. id.
|
20.-
|
8 bolsas corporales id. id.
|
21.-
|
10 dalmáticas
id. id.
|
22.-
|
2 capas
id. id.
|
23.-
|
2 paños de pulpito.
|
24.-
|
Una manga parroquial.
|
25.-
|
2 gallardetes. Uno del Stmo. Con emblema alusivo y otro de S. Pedro
(oleo).
|
26.-
|
7 paños cubre- cáliz de diferentes colores.
|
27.-
|
1 capillo para administrar el Stmo. Sacramento.
|
28.-
|
8 capillos de capas pluviales de diferentes colores.
|
29.-
|
Una cortina para ocultar el Stmo.
|
30.-
|
Una cenefa de terciopelo negro bordada en oro (supuesta de la
Virgen).
|
31.-
|
Manto azul de raso bordado a máquina en colores.
|
32.-
|
Cenefa de raso blanco bordada en oro (supónese de las Virgen del
Carmen).
|
33.-
|
8 libros de altar.
|
|
Falta la imagen Virgen de los Dolores entregada [añadido a lápiz]
|
Identificados dichos objetos
en los depósitos del servicio de defensa del patrimonio artístico nacional los
reconocen como suyos los Sres. D. José Sérvulo González Molina, cura encargado
de la parroquia de S. pedro y D. Rafael Molina gobernador de la cofradía de la
Virgen de los Dolores así como los testigos les acompañan D. Enrique Cañada
Pérez y D. Fernando Fernández-Loaysa Pinzón, haciéndole entrega de los mismos
el apoderado del servicio y firmado todos por triplicado la presente acta”.
[rúbricas]
Juan Pedro Lendínez
Padilla